Que no soy inmortal

87 años y mi hijo empeñado en que ande 5 kms. al día, que adelgace, que coma sano, etc... Me quiere ver como con menos años. ¿ Por qué no me deja en paz y se conforma con mi cuerpo actual? Se debería alegrar y mucho al ver que he logrado que no me asuste la muerte segura, que la vea con ilusión porque me he convencido de que después de la muerte hay más vida y que además será mucho mejor. Pero esta actitud que a mí me parece un logro máximo no recibe grandes aplausos de mi entorno. Más bien la ignoran y quieren anclarme aquí.

Y erre que erre yo me esfuerzo en reforzar mi convencimiento de más vivencia. Es la hazaña posible y actual de un anciano aún capacitado.

Y prefiero que, en vez de tratarme como si sólo hubiera esta vida, me acompañen y me amenicen en el tránsito feliz.

Pablo Osés AzconaFuengirola