El presidente Moreno Bonilla se ha llegado a Bruselas a preguntar qué hay de lo nuestro. Las sedes de la UE son imponentes, laberínticas, enmoquetadas y llenas de políticos, asesores, traductores y conseguidores. El lobby del queso, el de las alcachofas, el lobby de los agricultores franceses, el de los industriales alemanes, el lobby turístico de Chequia, el oleícola italiano.

-Comisario, que han venido a verle los daneses del salmón.

Y todos llenando las cervecerías de la capital europea a la caída de la tarde luego de las gestiones matinales en la brumosa y falsamente tenida por aburrida ciudad belga. Andalucía quiere fondos del nuevo marco europeo, en concreto, unos fondos para promoción comercial. Que emplearía en Asia para así paliar los efectos que los aranceles a nuestros productos va a establecer Trump en Estados Unidos. Ese Trump al que tratan de derribar de la Casa Blanca con un impeachment, que es populista, xenófobo y atrabiliario. Además de payaso. Y que sin embargo, cómete esa paradoja, está logrando que en su mandato el paro llegue en USA a niveles irrelevantes. En un 3,5 está. La tasa más baja desde 1969. También se atisban problemas para comercializar nuestros productos en el Reino Unido, a causa del Brexit. Se lleva la autarquía esta temporada, igual que en otras se llevan los guantes o los leotardos o las camisas estampadas.

Hay que lograr que los chinos le hinquen el diente al jamón serrano, que los japoneses se aficionen (más) al aceite de oliva y que los coreanos, al menos los del sur, compren pasas, tomates o aceitunas. No sabe uno como puede haber civilización sin aceitunas. Y sin vino de esta tierra sureña, que dio dos emperadores romanos. O tres, si son pequeños. Y si nos inclinamos en la disputa científico-histórica sobre Teodosio I el Grande por Itálica como lugar de nacimiento y no Cauca (actual Coca, Segovia).

De momento, Bonilla ya ha conseguido la foto, que aunque es producto perecedero resulta fresco, jugoso y nutritivo si no lleva colorantes ni conservantes. Y que desde Bruselas resulta muy goloso de exportar, sin aranceles al mercado informativo andaluz.

Suponemos que la delegación andaluza llevaría una cesta de productos al comisario de Agricultura, Phil Hogan, un hombretón irlandés al que presuponemos un buen saque. Hogan explicó que la nueva PAC multiplicará las ayudas a la promoción de productos y es ahí, cuando uno lee la palabra «multiplicará», cuando dan ganas de decirle ole tú y vivan tus castas y vente para Andalucía a conocer de primera boca nuestros productos y échanos una mano por la gloria de tu madre, que nos mata el arancel.