Poco a poco, sin prisa pero sin pausa, habrá que ir poniendo las cosas en su sitio. Del cambio climático tenemos todos la culpa por habernos entregado hace mucho al consumismo depredador, pero de la falta de reacción ante este asunto de veras 'existencial', vaticinado por los científicos hace casi medio siglo y proclamado en el Protocolo de Kioto hace más de dos décadas, tienen la culpa los gobernantes que vienen mirando para otro lado. Puesto que las consecuencias están siendo ya catastróficas para la vida en el planeta, ¿no deberían tipificarse como delitos de lesa humanidad, y, a continuación, empezar a instruir causas, aunque sea por un gran tribunal cívico? Puede que durante mucho tiempo no se puedan ejecutar las sentencias, pero los delitos deben tomar forma, pues la sensación de impunidad, que en el caso de los negacionistas llega al alarde, no debería proseguir.