Lindando al norte con las primeras estribaciones de Sierra Morena, al oeste con el Río Guadiana y al sur con el Océano Atlántico en la denominada «Tierra llana», junto a la confluencia de los ríos Tinto y Odiel, nos encontramos con éste sagrado lugar llamado Huelva, tierra clave en la historia de España y en la evolución de la humanidad. No solo partiría Colón en busca de «Las Américas», sino que atraídos por ser tierra de metales, los británicos fijaron su residencia en la región minera de Riotinto en el siglo XIX como uno de sus lugares predilectos fuera de las islas en busca del cobre como materia prima fundamental tras la Revolución Industrial en Europa.

Y allí, entre tanto trozo de metal y al son de litros y litros de buena cerveza, vería la luz nuestro gran protagonista, Ildefonso Martínez Pérez, el primer español en jugar al football.

Don Ildefonso nació en La Palma del Condado en 1873 fruto del matrimonio entre Eduardo Martínez, un ingeniero madrileño que vino a trabajar con el empresario hispano-alemán Guillermo Sundheim de la Cueva para la construcción del ferrocarril Huelva-Sevilla, y Dolores Pérez, proveniente de una familia muy adinerada de la localidad. Era un joven inquieto, gran estudiante y apasionado de todo aquello relacionado con la temática militar, hecho que le valió tras ser graduado con las más altas calificaciones dentro de la academia para convertirse en la mano derecha del propio rey Alfonso XII, pues no en vano fue nada más y nada menos que Teniente Coronel del Estado Mayor. La más alta graduación.

Pero antes de todo eso y con la inquietud de aprender todas aquellas actividades físicas provenientes de las Islas Británicas, fue adquiriendo gran amistad con las gentes llegadas desde allí, fruto de lo cual llegaría a convertirse en un gran sport-man de la época, participando en todas aquellas disciplinas en las que era admitido y que asiduamente se venían disputando en Huelva, mostrándose especialmente hábil en la práctica del football cuya corpulencia creada gracias a su otra gran pasión como eran las regatas, le dotaron de una tremenda fuerza física que le hacía destacar por encima del resto de practicantes españoles.

Aquello sucedió en 1884 cuando apenas había rebasado la decena, pero no sería hasta cinco años más tarde cuando en marzo de 1888 recibiría una misiva del Dr. William Alexander Mackay -medico escocés de la Río Tinto Company Limited llegado a tierras onubenses en 1883, gran apasionado del football y alma mater del Recreativo de Huelva-, para que disputase con el Recreation Club -más tarde oficializado como Huelva Recreation Club en 1889-una partida de football en los terrenos de la fábrica de gas como así lo atestigua una verdadera joya en forma de documento original que a día de hoy custodia la RFEF en sus vitrinas, a lo que el quinceañero de inmediato contestaría que sí.

Dicho documento fue cedió por la propia familia de Ildefonso al Museo de la RFEF, en donde se conserva como un auténtico tesoro. La carta fechada el 1 de marzo de 1888 y en uno de sus extractos viene a decir:

«...Y puesto que es oportuno corresponderle debidamente, el Dr. Mackay tiene a bien invitarle a participar en las próximas partidas de football y cricket que habrán de tener lugar a la hora habitual en los terrenos frente a la fábrica de Gas el día cinco del presente contra un team compuesto por tripulantes del buque «Jane Cory» llegado a Huelva el pasado mes de Febrero. Esperamos pues contar con su presencia en tan interesantes partidas».

Del resultado de aquel enfrentamiento no se guarda precedente alguno, pero lo cierto es que dentro del primer equipo de futbol creado en España aunque formado únicamente por británicos, excepcionalmente tuvo cabida un español, D. Ildefonso Martínez Pérez.

En 2012, Jose Luis Martínez Pérez-Peix uno de sus dos hijos y a sus 92 años de edad, pudo ver como el Decano del fútbol español, el Recreativo de Huelva, rendía los honores que con tanto merito contrajo su padre casi siglo y medio después de aquella hazaña. D. Ildefonso Falleció en 1968 a la edad de 95 años con el gran honor de haber sido el primer futbolista de la historia del futbol español.