Las fronteras las traza la ignorancia

Hijo, interesadamente, dicen los que quieren venderte libros, los que te quieren manipular, los que se dejan llevar por estas y otras falacias, que leer perjudica seriamente a la ignorancia y no es verdad. Verás, hijo, no te dejes llevar por esa marea, esa frase hay que contextualizarla. Porque, en ocasiones, leer es como esa leña seca que aviva el fuego de la incultura y la intransigencia. Y como muestra, ahí tenemos el ejemplo de los nacionalismos que utilizan a los educadores para arrimar el ascua a su sardina manipulando el conocimiento y los libros para esclavizarte con ideologías. Lo que verdaderamente perjudica a la ignorancia es el ansia por saber la verdad. Porque este tipo de sed te deja situado delante de un inmenso campo sin fronteras. Un campo donde corre un aire limpio. Un aire que te dará alas, no ataduras. Te abrirá puertas, no te encarcelará en aldeas culturales. El ansia por saber la verdad te elevará por encima de las miserias humanas. Te llevará a coger todo tipo de libros. A escuchar todo tipo de opiniones. A contrastar todo tipo de teorías, pensamientos, filosofías, religiones sin casarte con nadie. Y quizás algún día, si Dios lo quiere, comprenderás que todos somos hermanos. Y que la única frontera que existe entre un hombre y otro, es la que trazamos en nuestra mente...

Venancio Rodríguez Sanz. Málaga