Kenan Spahiu nació en Pristina (Kosovo) tres años antes del estallido de la guerra que asoló al país. Fueron años duros en su casa, su padre Celal es nativo de Pristina pero su madre Bisera había nacido en Novi Pazar, fuera de la frontera de Kosovo y perteneciente a Serbia. Su hermano Cengiz se había ido a estudiar a la universidad de Uludag, en Bursa, en Turquía y en 2006. Con 11 años, el pequeño Kenan fue a visitarle. Allí conoció a Ulug Kaçaniku, también kosovar y amigo de su hermano. Ulug jugaba en el Tofas Bursa e iniciaba una carrera que todavía prolonga en la segunda división del país otomano. Un día se acercó al entrenamiento del Tofas Bursa y después de realizar varios tiros a canasta, alguien vio sus posibilidades y le ofrecieron quedarse. Era el mes de junio y todo fue muy deprisa. Primero le ofrecieron quedarse una semana y después toda la temporada. Sus padres se mudaron a Turquía y, ya como Kenan Sipahi, pasó a formar parte de la estructura del Tofas.

Sipahi es un base alto, de casi dos metros, que no pasa desapercibido y su progresión fue muy rápida. Con 15 años era conocido en todo el país y con 16 años debutaba en la máxima categoría del baloncesto turco. A los 17 años rechazaba una oferta del FC Barcelona para venir a España. «Era demasiado pronto, otro país, otra religión, otro idioma, no se deben saltar peldaños e ir a un club tan grande a esa edad no era lo correcto», declaraba en una entrevista a Eurosport, para terminar con una frase que parecía anticipar su futuro: «Pero me gustaría jugar algún día en la ACB. Amo mucho a España». El FC Barcelona, decían en Turquía, había ofrecido un millón de dólares por el jugador que seguía un año más en Tofas Bursa. Al año siguiente sí dio el salto al Fenerbahce y pronto se ganó los elogios del exigente Zeljko Obradovic, que después de un partido en la Sala Pionir ante Partizan hizo algo poco habitual en él, destacar a un jugador de manera individual: «Tengo que mencionar a Kenan Sipahi. Es un chico de 18 años pero juega como un veterano de 30».

Después de varios años en la elite, su aterrizaje en Sevilla ha sido toda una sorpresa y su rendimiento para algunos también. Su capacidad para los idiomas -habla correctamente turco, albanés, serbio e inglés- le ha servido para adaptarse rápido a una ciudad y a una liga donde ha brillado en varias jornadas. Admirador de Jason Kidd, Steve Nash y Derrick Rose per con un modelo a imitar: Dimitrios Diamantidis. El increíble base griego que hacía de su defensa, sus pases y su capacidad para dirigir a su equipo todo un arte. El gran partido en la Eurocup ante el Dolomiti Energia Trento ha elevado la moral del equipo malagueño después del pequeño bache sufrido tras la lesión del «insustituible» Alberto pero el conjunto de Luis Casimiro deberá mantener la concentración, sobre todo en la defensa de los exteriores béticos, porque tanto Sipahi como A.J. Slaugther están jugando a un gran nivel en este inicio de temporada. Suerte.