La confirmación de la retirada de José Manuel Calderón deja un hueco en nuestro baloncesto más allá de su aportación en la cancha. Sus méritos en el parquet han quedado muy detallados en los últimos días pero su aportación a la selección y a los equipos en los que jugaba era mucho mayor. Sin nacer en el 80, lo hizo un año más tarde, acudió con la generación de Pau Gasol al mítico torneo de Mannheim, en la base americana de la ciudad, donde consiguieron el primer «titulo» de esta generación. Con 13 años había dejado su Villanueva de la Serena natal y había puesto rumbo a Vitoria para enrolarse en las filas del Baskonia y el trabajo comenzaba a dar su frutos. Una inoportuna lesión le impidió acudir al Mundial júnior de Lisboa pero a pesar de todo era un «júnior de oro».

Se fue a la NBA cuando sólo estaba Pau Gasol y se cruzó en el viaje con un Raúl López que volvía a la Liga después de dos años en Utah. Era el verano de 2005 y sus compañeros ya decían que era muy difícil no defender cuando levantabas la vista y veías como el base de tu equipo «bajaba el culo» y defendía como nadie. A la sombra mediática de Gasol, Navarro, Felipe, Garbajosa... fue muy feliz. Tenía el reconociendo de todos, pero no necesitaba el brillo de las estrellas. El carácter humilde y trabajador que le inculcaron sus padres, José y Manuela, trabajaba a su favor. Él fue el que metió el tiro libre que eliminó a Argentina en semifinales, antes del fallo de Nocioni en el triple, pero a pesar de la victoria no podía quitarse de la cabeza el que había fallado y que le podía haber costado a la selección la final del Mundial. El equipo y el colectivo siempre delante.

En 2009 España logró su primer Eurobasket. Una lesión le volvió a dejar fuera del torneo y se incorporó como comentarista a laSexta. Sólo una condición: «Tengo que entrenar todos los días para recuperarme y me acompañará mi recuperador». Todas las mañanas a trabajar y después, por petición de Scariolo, se incorporaba a las charlas y rutinas de la selección para ayudar. Cuando España recogía el oro en el pabellón de Katowice, Calderón se emocionaba al sentir que una parte era suya. En 2011 lograría su ansiado oro europeo, para unir al oro mundial y la plata olímpica. Había hecho un gran torneo y se abrazaba a su padre con lágrimas en los ojos y la medalla al cuello en la casa de España en Kaunas.

Un año antes, este grupo vivió una de sus grandes desilusiones, el Mundial de Turquía. Aquel triple de Teodosic que eliminó a España en cuartos de final en la despedida de la selección de Jorge Garbajosa. Fue un momento muy duro. Algunos jugadores como Felipe Reyes, Raúl López o Alex Mumbrú pensaron también en dejar el equipo. Calderón estaba lesionado. En el ultimo partido de preparación ante USA en la caja Mágica había caído. Se estaba recuperando en su casa de Villanueva de la Serena pero consciente de lo delicado del momento cogió un avión y estuvo con sus compañeros durante la disputa de los dos partidos del 5 al 8. Era el momento de ayudar y «Calde», una vez más no falló.

Consciente de todo lo que su familia le ha dado, ha decidido dar un paso atrás en beneficio de los suyos y en lugar de aceptar un lucrativo contrato en Europa y alargar su carrera, se retira. El sindicato de jugadores de la NBA gana un gran activo, su familia gana mucho de su tiempo y los demás nos quedamos con su recuerdo, dentro y fuera de la cancha. Gracias Mr Catering.