'Informalidad del Ayuntamiento', por Soledad Aguirre Pérez

Como dicen, sólo me queda el pataleo y eso es lo que pretendo hacer en este espacio público.

Esta es mi cuarta carta, más un reportaje en página completa publicado el 10-7-2019, dando cuenta de una subvención de un ascensor por este Ayuntamiento de la ciudad.

Se ofertó una subvención del 50%, nos acogimos a ella por las edades de los vecinos y en septiembre de 2017, nos aceptan y pagamos el otro 50%. Ahí empiezan los problemas.

Lo primero es que en la Renta, hay que reflejar que recibimos la subvención, y por tanto toca pagar.

Después de un año, empiezan las obras, que ya es decir y topamos con una calle peatonal, restos arqueológicos, escaleras ancha (que tienen que sacarle un bocado para que entre el ascensor)... Y digo yo, ¿para qué se hace un estudio de viabilidad?

Cada vez que había un problema, “PARÓN”, un mes, dos meses, los que hicieran falta, y el tiempo seguía corriendo y pocas explicaciones. En este trayecto, han fallecido dos vecinos, que no van a poder disfrutarlo.

En el artículo del 10 de julio, quisimos dejar reflejado que el día de antes, el Ayuntamiento “de palabras”, nos aseguró que las obras estarían finalizadas en Octubre o como mucho a primeros de Noviembre, pues bien, a la fecha de hoy, ya en Noviembre, no sólo no está listo, sino que queda mucho por hacer.

Mi padre me enseñó el valor de la palabra, y eso valía más que cualquier documento. Hoy día no tiene valor, y en el caso del Ayuntamiento, solo recibimos excusas y buenas palabras (siempre después de insistir bastante). Todo el que viene, dicen que ellos no tienen el poder de hacer nada. El caso es que se siguen pasando la pelota de unos a otros, nosotros en medio y esto sigue manga por hombro. ¿Tendrá que morir alguien más? ¿Podremos ver el ascensor funcionando?, llevamos ya año y medio desde que se empezó y no tiene pinta de terminar. ¿Habrá alguna solución y que las palabras no se las lleve el viento?

Casualidad o no, pero cada vez que escribo en su periódico, al día siguiente, alguien viene a trabajar o recibimos noticias.