Soluciones al fracaso electoral

La democracia no es un bien social absoluto, sino surge de la madurez de quienes cuando vienen las dificultades en su comunidad están preparados para asumir responsabilidad y corregir sus errores. Un ejemplo de democracia perversa es la que podría darse entre ladrones decidiendo quién se queda el botín, Después de las elecciones, políticos y partidos acostumbran a verter responsabilidades sobre la oposición, pero no cejan en su personal pugna, evitando realizar (esperemos no sea también ahora) el auténtico combate, interno, que nos muestra dónde cada uno ha errado, para corregirlo.

Esta democracia está enferma y mostrando a las claras no solo desviación de su sentido social, sino, también, del sentido de la política a nivel individual, que es madurar atravesando nuestras diferencias particulares.

Si queremos tener éxito, incluso después de grandes fracasos como este, es preciso reconocer nuestros errores, tras los cuales, y al acecho, se encuentran siempre los grandes enemigos que enfrentamos: tozudez, orgullo (por lo ‘nuestro’), y prejuicios.

Existen dos opciones para garantizar la ‘estabilidad’: 1.- Alianza PSOE-PP, Vox a la oposición e incendio del Parlamento.

2.- Alianza PSOE, Podemos, Partidos Regionalistas, PNV y Eskerra, con la posibilidad de acordar con Cataluña, y paz.

Gerardo Hernández Zorroza. Málaga