El pasado martes los buenos amigos de Greenpeace nos dieron una gran alegría a sus 33 millones de socios y simpatizantes, repartidos en 55 países. Entre los que me cuento. Respeto y aprecio desde hace mucho tiempo a esta importantísima institución ecologista internacional, política y económicamente independiente. Fundada hace medio siglo en la ciudad canadiense de Vancouver. Me enviaron este correo - que desearía compartir con ustedes - firmado por una ejemplar y valiente mujer: Jane Fonda. Se define a sí misma como «actriz, escritora, productora, activista y socia de Greenpeace». Yo añadiría que es una de las más brillantes, generosas y honestas mujeres de un colectivo que con su recia fibra moral y su compromiso apasionado con la defensa del medio ambiente ennoblecen el mundo del activismo ético y social.

Fue en 1989. La señora Fonda se alojó en el hotel madrileño en el que un servidor de ustedes trabajaba entonces. El legendario Hotel Villa Magna, en el número 22 del paseo de la Castellana. Se debía la presencia allí de esa embajadora del mejor cine americano, en perenne estado de gracia, a la presentación en Madrid de su última película, 'Gringo Viejo'. Basada en una obra de uno los más grandes maestros de la literatura en lengua hispana: Carlos Fuentes. Encabezaba el reparto Jane Fonda, junto con un inolvidable Gregory Peck.

Como decía el gran César Ritz, un gran hotel siempre es un fiel reflejo de sus huéspedes. Y gracias a la señora Fonda, aquellos días, el Villa Magna y sus vibraciones pudieron haber justificado aquella pregunta que me hizo un día en mi añorada escuela malagueña de La Cónsula un profesor de la universidad de Tel Aviv: «Dígame, ¿cuánto paga usted para poder trabajar en un sitio como éste?».

En estos tiempos oscuros la señora Fonda es detenida cada viernes por la policía de Washington, la capital estadounidense. Parece que a ciertos aparentemente descerebrados jerarcas no les gusta su activismo. Les acusa sin miedo por su inactividad culpable; la que les incapacita para tomar medidas que alivien las consecuencias del cambio climático. Reproduzco con emoción, íntegramente, el texto de la señora Fonda:

«Rafael:

Soy Jane Fonda. Me han arrestado cuatro veces en el último mes, mientras participaba en protestas pacíficas por la emergencia climática.

Los jóvenes, que a tanto están renunciado para luchar por su futuro, me han inspirado con sus huelgas estudiantiles contra el cambio climático a crear el movimiento 'Fire Drill Fridays', para exigir a nuestros líderes políticos que actúen para frenar la crisis climática.

Esta semana más de 11.000 científicos han advertido del sufrimiento que traerá la crisis climática. También esta semana, Trump ha comenzado el proceso de salida de Estados Unidos del Acuerdo de París contra el cambio climático. 2020 será un año clave en el que hay mucho en juego: no podemos dejar nuestro planeta en manos de los negacionistas y de sus colegas de la industria de los combustibles fósiles.

Por eso estoy aquí cada semana, en Washington, D.C., donde la clase política no puede ignorarnos. Y también es por eso por lo que soy socia de Greenpeace. Únete a mí y ayúdanos a resistir ante las políticas anti-ambientales de Trump y seguir luchando por la salud de las personas, los bosques, los océanos, el clima y el planeta.

No podemos dejar que sigan dando poder a las empresas que se benefician económicamente de la destrucción de nuestro planeta. Me han arrestado cada viernes porque creo que nuestros líderes no están actuando contra la crisis climática, y cuando lo hagan puede que sea demasiado tarde. Greenpeace ha estado y estará presente todos los días, sacando a la luz a quienes contaminan y exponiendo sus sucios negocios. Juntos estamos construyendo este movimiento imparable.

Rafael, te necesitamos a bordo. El tiempo corre y nuestro planeta no necesita excusas. Nos necesita a todos. Únete a mí para apoyar a

Greenpeace y ser parte de nuestra lucha por un mundo verde y en paz .

Gracias por todo lo que haces,

Jane Fonda

Actriz, escritora, productora, activista y socia de Greenpeace».

Hasta aquí las palabras de Jane Fonda. Por cierto, me acaba de enviar un muy docto y brillante amigo este proverbio turco: «El bosque seguía muriendo y los árboles votando al hacha. Ella era inteligente y los había convencido que por tener el mango de madera, era uno de ellos?».