Ha regresado "The Crown" que retrata la adhesión colectiva a una reina, en medio de un país dividido por el Brexit y que desconfía más que nunca de sus élites. La propia Olivia Colman, una mujer de izquierdas que interpreta en esta tercera temporada de la serie británica de Netflix a su Graciosa Majestad, se ha declarado fan incondicional de Isabel II, a la que califica como "la última feminista". Da la impresión de que nada será igual en el Reino Unido cuando ella falte, sin contar que algo ya ha empezado a cambiar. Colman dice que, conociendo a su personaje, han mudado sus opiniones. Cuando fue elegida para encarnar el papel de la Reina, el biógrafo de Margaret Thatcher, el periodista Charles Moore, se apresuró a decir que no era la persona adecuada por tener una "cara claramente de izquierdas". Colman respondió: "¿Qué demonios es eso de una cara de izquierdas? Es absurdo". La nueva temporada de la serie abarca de 1964 a 1977. El laborista Harold Wilson es elegido primer ministro. Solía decir que los únicos requisitos para serlo de manera acertada consistían en dormir bien y en tener cierto sentido de la Historia. Algo de lo que adoleció, por ejemplo, David Cameron. Incluye el alunizaje del Apolo 11, el protagonismo de la princesa Margarita, la revelación del asesor de arte Anthony Blunt como espía soviético, el desastre de Aberfan, con el derrumbamiento de la mina galesa que causó la muerte de 144 personas de las que 115 eran niños; la muerte de Churchill, varios episodios de la descolonización, la investidura del Príncipe de Gales y la entrada en escena de Camilla Parker Bowles, una relación que influiría negativamente en el matrimonio con la difunta Lady Diana Spencer, aunque de ello se ocupará al parecer la cuarta entrega. En "The Crown" casi todo resulta convincente. Con ella asistimos al mejor drama social seriado de la televisión de todos los tiempos.