7 de la tarde en la Asamblea Local de Cruz roja Española en Marbella, acaba de finalizar el recuento de votos en las elecciones internas para elegir a los miembros del comité local para los próximos 4 años.

La participación ha sido masiva, la más alta de los últimos 20 años en nuestra Asamblea. La candidatura de un grupo de 6 voluntarios, los más afectos y activos en todos los proyectos de esta asamblea, ha arrasado ocupando los 6 primeros puestos de los 8 posibles (cada votante solo podía votar a 6 personas).

Todo son felicitaciones, abrazos ilusión y propuestas sobre el futuro que nos aguarda:

Hemos hecho un buen trabajo, se acabaron los años de apatía, desencanto y estancamiento ¡decían algunos€,

Un compañero comentaba: Por fin vamos a poder poner a la Asamblea a la altura de los entándares que exige esta ciudad. Ahora sí vamos a tener lo que nunca hemos tenido 'voz' los voluntarios.

¡El actual presidente ha quedado octavo!, no se ha quedado fuera por un solo voto€, es normal, está pagando la arrogancia y el desprecio con el que nos ha tratado los últimos años. Y ha entrado entre los 8 miembros gracias a que han movilizado a los «voluntarios fantasma»€

(*) Voluntario fantasma: Es el adjetivo que usamos para describir a aquel voluntario que nunca hace servicios, pero se le mantiene de alta en el sistema pese a que el reglamento dice lo contrario, para que cuando se le necesite para participar en unas elecciones como en este caso tengan derecho a voto.

Terminaba una época oscura, en la que el presidente hace y deshace a su antojo. Una época en la que las reuniones del comité son una «pantomima» en la que se aprueban presupuestos en reuniones improvisadas antes de la comida de Navidad€ lógico, el presidente así lo decidía.

Se acaban años en los que los voluntarios y algunos técnicos (empleados) nos veíamos sometidos a los caprichos y cambios de humor del Sr. presidente, de toma de decisiones de forma unilateral y caprichosa, sin valoración ni estudio previo.

Unos días después de las elecciones, habiendo ya tomado posesión de nuestros cargos, los 6 nuevos miembros electos, ansiosos de hacer cosas y dar un soplo de aire fresco, nos movilizamos y convocamos al presidente para una primera reunión en la que queríamos plantear nuestras ideas, conocer el estado general de la asamblea y exponer nuestros deseos de trabajar para mejorar y optimizar los servicios de nuestra asamblea.

Pues bien, en esta primera reunión en la que se esperaba una respuesta coherente y un cambio de actitud por parte del presidente, a la vista de los resultados del proceso electoral, nos encontramos con un presidente más arrogante si cabe; lo primero que nos dijo es que hasta que no se constituyese el nuevo órgano de gobierno él estaba «en funciones» y no se iba a cambiar nada ni tomaría ninguna decisión en conjunto y que las reuniones se harían cuando él dijese y donde él dijese€, entre otras muchas bravuconerías.

En este punto empieza nuestra odisea€ Creíamos que los órganos de gobierno de tan prestigiosa institución estaban constituidos democráticamente y que la voluntad manifestada en las urnas de socios (los que pagan), y voluntarios (los que trabajan) para mejorar las condiciones de vida de las personas más desfavorecidas iban a ser respetadas, cosa que no ha sido así y aquí está la prueba de ello.

El R.G.O (Reglamento General Orgánico) de Cruz Roja Española está hecho de forma que un presidente, como es el caso del de Marbella, (por poner un ejemplo claro y cercano, aunque este sistema es a nivel nacional) pueda perpetuarse en el cargo de manera indefinida es más fácil de lo os pueda parecer. Sin entrar en muchos detalles y sin querer confundir al lector, intentaré explicarlo, ya que el proceso electoral es una 'farsa' donde se disfraza lo democrático y lo convierte en una «dedocracia» donde todo el proceso electoral culmina con el nombramiento de presidentes y vicepresidentes nombrados a «dedo».

Cada comité, ya sea local, provincial o autonómico, propone uno o varios presidentes, y el presidente de la asamblea de rango superior, en el caso de Marbella es el presidente de Málaga, es el que elige entre los candidatos, siempre según su particular criterio y sin existir un protocolo y órgano de consulta por el que guiarse para tan importante decisión, (para que todo el mundo lo entienda) a «dedo».

Para proponer un presidente en caso de las asambleas locales, solo es necesario que cuente con el aval de tres miembros de dicho comité, pero he aquí la primera sorpresa, los vicepresidentes del comité 'saliente' (que no han sido votados y elegidos en las urnas) están facultados para proponer un presidente para el nuevo comité.

Cabe destacar que cuando un presidente toma posesión del cargo o renueva el mismo, está facultado para nombrar hasta 3 vicepresidentes a «dedo», sin tener porqué formar parte del comité e incluso no ser ni voluntario de la institución (para más inri), con lo que ya se está asegurando que dentro de cuatro años se podrá volver a presentar, ya que se suponen están puestos ahí por su amistad y confianza.

A estas alturas, el lector es posible que vea todo esto relativamente normal, pero ¿y si les digo que el presidente provincial ha necesitado el aval del presidente de Marbella (aún no reelegido) para volver a ser presidente provincial? Y que una vez reelegido como presidente provincial ya está facultado para elegir, recordemos según su «santo» criterio, a los presidentes locales de entre todos los que se presenten, eso ya no parece tan normal ¿verdad?

Es exactamente lo que ha pasado en Marbella, ha habido dos candidaturas: El presidente «eterno», que se ha presentado con tres avales, uno el de la vicepresidenta a la que nombró él hace veinte años a «dedo» y otro candidato (el que escribe), que fui votado en las urnas por una gran mayoría de socios (los que pagan) y voluntarios (los que trabajan) con respecto a la otra candidatura y avalado por 5 miembros del comité recién elegidos.

¿Por quién creen ustedes que se ha decantado el Sr. presidente provincial?

Efectivamente, por su amigo y avalista de su candidatura en la Presidencia Provincial.

A día de hoy, gracias a la «dedocracia» seguimos teniendo al mismo presidente de hace 22 años, elegido de forma «antidemocrática y de forma dictatorial», sin tener en cuenta la opinión de los socios y de los voluntarios, quien Cruz Roja Española nos vende a 'bombo y platillo' que son el pilar fundamental de la institución, cuando está claro que aquí la intención es otra, opinión la cual me reservo.

Los voluntarios que abiertamente apoyamos la idea de tener un comité local útil y que le diese voz a los voluntarios, que en definitiva somos los que hacemos realidad todos los logros de la entidad, nos vemos despreciados, ninguneados y atacados por este «clan» aferrado con vehemencia al poder y que ha demostrado y demuestra día a día que los usuarios y las nuevas demandas que la sociedad nos plantea no les importan en absoluto, que los voluntarios somos simples números y que los socios se van unos y vienen otros.

Para esto necesito que el socio y los voluntarios, principales actores de la entidad, pues sin sus aportaciones periódicas y sin sus trabajos Cruz Roja no sería nada, levanten su voz y pidan de una vez explicaciones de qué se está haciendo con su dinero y con su labor, de por qué en el siglo XXI, en un entorno totalmente democrático y garantista, se siguen utilizando métodos más propios de otra época para perpetuar en el poder a personas que, desde un punto de vista democrático no lo merecen.

¿Dónde está la ética y la moral?