Deber aprender a decir que no sería otra de las asignaturas pendientes de la mayoría de las personas, ya que esta palabra tan simple es capaz de generar mucha calidad de vida.

En relación a la educación estamos sintiendo miedo a usarla, reconociendo que la pérdida de control y la evitación de conflictos en numerosas ocasiones están provocando más problemas que soluciones.

Aprender a decir que no en la adolescencia normalmente está más asociado a la vergüenza, y a medida que nos hacemos adultos, si no somos capaces de trabajarlo, nos será difícil usarlo con los demás a la hora de poner límites y a la hora de respetarnos.

El tiempo de uno mismo, la autoestima, el control de las emociones, las habilidades comunicativas, el respeto, etc. dependen en muchas ocasiones de la habilidad que tengamos a la hora de usar la negación.

En relación a la educación (familiares, profesores, entrenadores€) es importante trabajar las habilidades de comunicación y poner en práctica el mensaje asertivo desde la niñez. Los niños aprenden a decir no cuando son muy pequeños y no debemos tener miedo los adultos a frustrarlos o negarles algo, deben acostumbrarse, adaptarse, comprender y reaccionar de manera normal a las negaciones. Un mensaje asertivo conlleva seguridad, equilibrio emocional y seriedad, sin acceder a extremos pasivos o agresivos, ya que ambos son perjudiciales para la educación, desarrollo y madurez de las personas en ámbitos deportivos, laborales, sociales y familiares.

Muchas familias confunden consenso y equilibro familiar, usando dicho consenso como una educación pasiva, otorgando a los más jóvenes demasiado poder a la hora de decidir, solo por evitar negaciones o conflictos. Somos los adultos los más capacitados para guiar, educar y explicar las situaciones, y debemos ser capaces de lidiar con los conflictos de manera asertiva, educada y con respeto. No huir de los conflictos, ya que gracias a estos los grupos se adaptan y mejoran.

Querer complacer a todo el mundo, olvidarte de tus prioridades y no tener tiempo para uno mismo son consecuencias de no saber decir «no», y esto conlleva la pérdida de respeto por uno mismo, la baja autoestima, el desgaste emocional y la ansiedad.

Para ello es muy importante cumplir con una rutina laboral donde evitar llevar trabajo a casa sea una de las prioridades, pudiendo descansar sin que la responsabilidad te genere estrés. Además, dedicarle a tu cuerpo una hora de deporte diaria sin interrupciones supondría el desahogo de ese estrés y mejora de la autoestima, activando y ejercitando toda la musculatura para evitar dolores. Para la mente existen numerosas formas de encontrar momentos, ya sea un buen libro, una buena playlist, una caminata por la playa, estiramientos, jugar con el perro o simplemente respirar y meditar para calmar y recuperar. La relajación mental es FUNDAMENTAL y no se le suele dar importancia hasta que nos sentimos colapsados o sin rumbo.

Una agenda también es una buena herramienta para ordenar tus actividades, prioridades y deberes, revisarla cada noche para preparar el día siguiente nos ordenara, hará que durmamos mejor y nos ordenará nuestros pensamientos y cosas por hacer. Los olvidos y los pendientes generan estrés y las agendas suelen evitar dichas problemáticas.

Además de todo esto, la aceptación de que somos humanos y no máquinas, que la prioridad siempre estará en el cariño, el amor y el equilibrio de los nuestros, que no debemos intentar complacer a todo el mundo y no debemos condicionarnos por aquellas personas que no están estrechamente relacionadas con nosotros, nos ayudará a vivir más tranquilos, a aceptar un no por respuesta sin rencor, a dar un no por respuesta sin preocuparnos y poder descansar con alguna tarea pendiente y alguna persona en conflicto con nosotros sin que nuestra confianza y equilibrio se altere.