'Con más pereza que entusiasmo', por Valentín Abelenda Carrillo

Con más pereza que entusiasmo, los españoles acudimos a votar, el pasado día 10, en unas generales por cuarta vez en 4 años. La sensación de que esta repetición se produjo por cálculos partidistas no debe esconder la gravedad de los problemas que afronta España. Un ejemplo es la desaceleración económica y la amenaza de una nueva crisis en el horizonte, mientras el gobierno se ha visto obligado a prorrogar dos veces los Presupuestos. Pero el centro de las miradas está en Cataluña, donde grupos con apoyo de la Generalitat han amenazado el transcurso normal de estos comicios, una rara anomalía democrática en Europa. La gravedad de esta situación debería haber propiciado un gran acuerdo de los partidos constitucionalistas, no ha sido así, antes al contrario. Con el pecado original de haber llegado a la presidencia gracias al nacionalismo, el gobierno Sánchez no ha estado, ni parece que lo está, sin embargo, en condiciones de liderar esa respuesta, y sus titubeos y cambios de opinión han sido constantes. Lo estamos ya viviendo en estos momentos.