Se entiende, o quizás no, que el presidente Moreno, en sede parlamentaria proclame que la sentencia de los ERE es una enmienda a la totalidad a los años de gobierno socialista en Andalucía, 23 años, que se dice pronto; veintitrés años mordiendo el polvo la derecha. Y se entiende, o quizás no, que los ERE sea munición de gran calibre para un Gobierno de la derecha donde impone su ley la ultraderecha de Vox. Y se entiende, o quizás no, que en aras a una política miope, cercana, sin capacidad para entender la historia habida en nuestra tierra cercene de raíz la transformación, saliendo de las cloacas franquistas y de la oprobiosa dictadura, como se decía antes, a la cual parece rendir pleitesía uno de los socios que alimentó la investidura del presidente Moreno. El PP parece subsumir la negativa de Vox a reconocer los avances políticos, sociales y económicos que tuvo Andalucía, dejando atrás la dictadura.

Y se entiende, o quizás no, que Moreno y sus adláteres se descoyunten, pidiendo la reprobación, dimisión y arrojada a las tinieblas a Susana Díaz, secretaria general del PSOE A que ganó las elecciones del 4-D. Y hasta se entiende, que ya es entender, que la anticapitalista Teresa Rodríguez quiera dar el abrazo del oso a su eterna amiga, Susana Díaz, pidiendo que tome las de Villadiego. Teresa Rodríguez, cada vez más gritona y con los mismos argumentos que una noria de cachuchos, no se olvide y no lo olvide, fue otra de las grandes perdedoras del 4-D.

La política, se entienda o no, tiene estas veleidades y desmemoria porque por la misma regla de tres, Moreno tendría que proclamar, urbis et orbe, la enmienda a la totalidad a su propio partido, con participación directa de él cuando politiqueaba por los «madriles», discreto y hábil para acceder a sobres de dinero en negro que el generoso Luis Bárcenas daba a mansalva a la clase dirigente del PP. Y se entienda o no, el presidente Moreno debería promover una enmienda a la totalidad a los sucesivos gobiernos del PP desde que llegara Aznar a La Moncloa con el consabido rosario de sentencias de la Gürtel, la Púnica, la Lezo, con el PP de Valencia en llamas, 9 ministros entre de Aznar y Rajoy empurados, dos expresidentes especialistas en llevarse el manso como Jaume Matas (Baleares) e Ignacio González (Madrid) y otro en capilla, el valenciano Francisco Camps. Y debería, digo yo, pedir la enmienda a la totalidad con sólo decir Luis Bárcenas, la sentencia de financiación ilegal del PP y, como he dicho antes, el rosario mensual de sobres rellenos de los viáticos que el tal Bárcenas calentaba los bolsillos y el alma de supremos jefes y jefecitos que pululaban por la sede del PP, en Génova, donde, no se olvide, medraba Moreno Bonilla.

Dicho lo cual yo entiendo o quizás no, que Moreno, aplicado como es, sensato como es, sobrio y sereno como es; tranquilo y ponderado en sus expresiones y modulado su pensamiento, entienda, o a lo mejor no, que para poder pedir una enmienda a la totalidad habría de tomarse unos días de ejercicios espirituales, a pan y agua como anacoreta, sin olvidar la autoflagelación para penar los pecados de Génova, 3, la sede de su partido, el Partido Popular. Y pedir perdón, que nunca viene mal, en confesión y la correspondiente penitencia: tres padres nuestros, dos golpes de pecho y un Ave María. Amén.

Pero esto no ha hecho más que andar. El Gobierno de PP y Cs (todo menos que se hable de la fallida política sanitaria y educativa, los dos flecos débiles de este Gobierno,) irán a degüello contra el PSOE y en particular contra Susana Díaz en una estrategia de desgate y a la que se sumado, casi sin respirar, el Ayuntamiento de Málaga. Ángel si señor hay en todas partes, aunque siempre hay quien le supere, por ejemplo Rafael Hernando, el peculiar diputado cunero del PP por Almería. Desvergüenza y cinismo reparte este diputado cuando él tuvo cargo y mando en el mayor partido corrupto de España, donde circulaba dinero negro como aguas negras por las cloacas. Y todo esto sucede sin esperar al dictamen final del Supremo. Cuando faltan argumentos y gestión, ya se sabe, ERE hasta en la sopa. Y lo que está por venir. Que Dios nos coja confesados.

P.D. (1) Vox marca la agenda del Parlamento andaluz. Denigrante ver a la presidenta Marta Bosquet leyendo a pie de palacio de las Cinco Llagas la declaración institucional contra la violencia de Género. Y en Madrid, Ortega Smith, con cuerpo de legionario y mente de diplodocus, se ensaña contra las 52 mujeres asesinadas.

(2) Vox hace de su ventajismo político un monumento a la indecencia y un espectáculo. Casado que tanto habla últimamente, ¿le pondrá una alfombra roja para tener un lugar en la Mesa del Congreso? Todo se andará. Al tiempo.

(3) ¡Que viene el lobo! ¡Que vienen los comunistas! Proclama un Aznar pasado de fecha. Por lo visto, la caducidad es cosa de los yougures.