Un gran acuerdo a la alemana que permitiera un gobierno de coalición entre las dos formaciones más votadas no parece una opción demasiado factible. Las diferencias de fondo son muchas y el Partido Socialista de Pedro Sánchez ha abierto numerosas grietas en las bases de la vieja cultura del 78, que propició la reconciliación entre españoles y la transición política. No hay precedentes de un acuerdo así en la democracia española y los socialistas miran con recelo lo que le ha sucedido a sus homólogos europeos que han tenido gestos de grandeza en aras del bien común. Así pues, pareceríamos abocados a unas nuevas elecciones generales dentro de otros seis meses, pero eso nos sitúa en un escenario surrealista, con un hartazgo cada vez mayor en la ciudadanía y una desafección hacia los políticos que no podemos permitirnos. Para este viaje, que queda bloqueado en otro cruce de caminos, España no necesitaba las alforjas de unas nuevas elecciones.

Xus D Madrid

Málaga.