A la economía española le vendría muy bien poder hacer lo que ha dicho Lagarde, en el primer discurso como presidenta del Banco Central Europeo, no aumentar el gasto de cualquier modo sino aumentar el gasto para mejorar la productividad. Pero tenemos un problema. España no puede, o no debe, gastar por no haber hecho los deberes para equilibrar sus cuentas públicas. En los mismos días, la OCDE y la Comisión Europea lo han dejado claro. Ni la OCDE ni la Comisión Europea, como es lógico, han valorado un posible Gobierno del PSOE y Podemos, pero han dejado claro que nuestro país debe hacer más esfuerzos para reducir su deuda pública. Pierre Moscovici, el comisario de Economía, ha advertido que el Gobierno que resulte investido debe elaborar cuanto antes un presupuesto en el que se comprometa a la reducción de los desequilibrios.