Otro tiroteo. Ya parecemos eso en lo que nos hemos convertido. Un lugar para hacer dinero mientras los lugareños siguen ganando poco o en el paro. Málaga es un éxito. Pero los malagueños lo notan poco, al menos en los bolsillos. Ni siquiera, por lo que dicen los datos del desempleo, los que trabajan en la hostelería, la gran beneficiada de esta avalancha...

Mariah

No importa. Si los tiroteos son sólo entre gangsters y no nos salpica la sangre. Si seguimos sin poder ir en metro al centro, y tampoco en autobús ni en coche los días señalados por las aglomeraciones que saturan aparcamientos, foros y semáforos, no pasa nada. Ni pasará cuando pronto más trenes y más baratos lleguen a la ciudad y Mariah Carey se baje en helicóptero en calle Larios para bailarse a sí misma cegada por las luces de Navidad. Ven hacia la luz Mariah, parecía decirle decirle el alcalde al invitarla, como aquella medium le decía a la niña en la película Poltergeist para que volviera de la oscuridad a este mundo iluminado.

Punto

Lo mismo da si los pantanos están llenos o al 30% de su capacidad. Lo mismo si los que más abastecen la capital de la Costa del Sol, Viñuela y Concepción, se mantienen en alerta. Hay agua embotellada para bañarse. Y si se funden los plomos hay móviles para encender mil calles Larios y para seguir haciéndose selfies hasta Semana Santa. Además, cuando abran la ampliación de Plaza Mayor todo será más y mejor para el ocio y el consumo y el negocio. Málaga es un éxito y punto. Málaga es la provincia con mayor déficit de camas hospitalarias y punto. Los Ángeles de la Noche preparan 2.000 menús para quienes no tienen para una comida navideña y punto. Boris Johnson ha ganado las elecciones en el Reino Unido camino de estar Des-Unido, y punto. Como desunido terminará el PSOE si Sánchez cede en la bilateralidad que le exigen los independentistas para la investidura, cada vez menos investida y cada vez más dura, y punto. Esto va así, y Trump sigue subiendo en popularidad en los sondeos pese al impeachment y a sí mismo. Punto.

Presupuesto

Aunque en Andalucía ya hay presupuestos, eso es verdad. Ya veremos si los ingresos contemplados para financiar el gasto social, con la prometida bajada de impuestos de por medio, al final lo son. Pero tiene motivo esta semana el llamado gobierno del cambio -que tiene el reto de no terminar siendo sólo un recambio- para estar contento. 2020 ya está atado y bien atado en la Junta de Andalucía, en lo que a Hacienda se refiere. Era entendible la satisfacción en la cara del presidente Juanma Moreno cuando los presupuestos se aprobaron en el Parlamento y el abrazo con Juan Bravo, sin duda el consejero del mes. Hasta Vox parece más sosegado en este paréntesis andaluz que en el resto del estado. Incluso a la hora de responder a toda esa polvareda de las «cajas fuertes» que eran armarios cerrados y, dos días más tarde -atención al asunto-, al descubrimiento de esa estancia de San Telmo en la que sólo se puede entrar con la huella dactilar o el reconocimiento de pupila digna de Minority report. Veremos. Aquí no hay punto sino puntos suspensivos...

Función

En Andalucía la nave va, por ahora, pero el gobierno central sigue en funciones. Y menuda función nos están dando quienes intentan atarlo. No hay que ser Queipo de Llano gritando por la radio «Café, dadle café» -en referencia a la supuesta orden de muerte a Lorca, según Gibson- para no entender que quienes ni fueron a celebrar la Constitución al Congreso sean los que vayan a pactar un gobierno por la estabilidad de España. Pero quienes prefieren que el fútbol entero se acabe antes de ver ganar al Madrid o al Barça, según sean blancos o culés, no pierden tiempo en acusar -a lo Emil Zola pero en sectario y sin tener tantas luces como tiene el centro de Málaga- de fachas a quienes no entienden el previsible gobierno Sánchez con el soporte de quienes no quieren ser España. Esos acusadores son los mismos que se hincharon de llamar fascista a todo el mundo y ahora rezan porque la que era «la peor», Ángela Merkell, no termine arrollada por la ultraderecha en Alemania.

Guiomar

Ayer eché un rato muy agradable con una compañera, la periodista y escritora Nieves Herrero. No sólo ha venido a Andalucía a dar el pregón de la Navidad en Marbella, sino a presentar su última novela Esos días azules. El título alude a aquellos versos de Machado «estos días azules y este sol de la infancia» que encontró su hermano José en el bolsillo de su gastado abrigo, cuando recogía las cosas del fallecido poeta en el exilio, en Francia, donde sus restos aún reposan, en Colliure. Estaban escritos en un papel arrugado, quizá el último que Machado emborronó con su maravillosa poesía. Fue un día frío y gris de febrero de hace 80 años. Su Guiomar, su diosa, era Pilar de Valderrama y del increíble amor entre ambas soledades trata la novela. Un bonito regalo de Navidad...

Porque hoy es sábado.