La llegada de un libro muy importante a la biblioteca de un bibliófilo y lector impenitente es siempre un acontecimiento. Así lo fue el pasado mes de noviembre cuando se unió, con todos los honores del «pride of place», el último libro del Embajador José Cuenca en la estantería donde están las otras obras que llevan su firma: 'Sierras, perdices y olivares' (Planeta, 1996). 'La Sierra Caliente' (Grupo Anaya, 2003). 'La noche de bodas: Relatos de Cazorla y de Segura' (Grupo Anaya, 2010). 'Encuentros de un Embajador con don Quijote' (Raíces, 2008). 'De Suárez a Gorbachov' (Plaza y Valdés, 2014).

'Las mentiras del separatismo (Cataluña y Quebec)', cuya primera edición de noviembre de 2019 ennoblece ahora la biblioteca de un servidor de ustedes, es sencillamente una imprescindible obra maestra. Como no podía ser de otra forma, viniendo de la pluma de un gran escritor: el Embajador José Cuenca Anaya. También cervantista ilustre del que se puede afirmar, tanto por su trayectoria ejemplar como por sus muchos méritos, que es uno de los más grandes embajadores de la reciente historia de España.

Decía Aldous Huxley, en su 'Ends and Means', que en el mundo de la teoría política utilizada como arma arrojadiza se suele afirmar que los individuos se pueden sacrificar ante los intereses de entidades abstractas que perversamente se definen como «la nación», «el estado», «el partido» o «el destino de la raza», entre muchos otros. En los casos de los movimientos separatistas de Quebec y Cataluña, descubre el Embajador Cuenca que éstos tienen puntos en común, aunque también existe una muy importante diferencia: la secesión de una provincia en Canadá es posible porque lo permite la Constitución canadiense. Lo que en cambio sería imposible en países impecablemente democráticos como España, Francia, Alemania o los Estados Unidos de América. Los primeros capítulos con los que el Embajador Cuenca abre el fuego están dedicados al fenómeno separatista de Quebec, señalando los contrastes con lo ocurrido en Cataluña. Precisamente José Cuenca era embajador de España en Canadá cuando se debatió y aprobó la Ley de la Claridad, que establece las tres condiciones para que la secesión de una provincia, sea Quebec o cualquier otra, pueda llevarse a cabo dentro de la legalidad: claridad en la pregunta, claridad en la respuesta y deber de negociar.

Los capítulos finales de 'Las mentiras del separatismo' entran con honestidad, lucidez y sin complejos en la espinosa situación catalana, donde tuvo lugar el «pucherazo infumable» del primero de octubre de 2017. Sin olvidar el escándalo de la mentira institucionalizada y el 'Agitprop' como bandera. Con el siniestro telón de fondo de la violencia («la última razón de los que no tienen razón», según José Cuenca).

Cierra esta obra el autor con sus ideas para resolver el problema. En las que pide que se rectifiquen los errores del pasado y se contemple un «diseño integrador, realista y generoso, basado en la concordia y los intereses compartidos, en una Cataluña que es de todos». Y hacerlo para restablecer en esa Comunidad el estado de derecho y el imperio de la ley. Es decir: la democracia.