Parece ser que, por primera vez, se ha fotografiado la ciudad flotante del Estrecho. Ha sido a la altura del cabo de Trafalgar. Hablo, del Fata Morgana. Un espejismo por inversión térmica que hace que buques, islotes, o piedras, alcancen una verticalidad que se asemeja a la de los edificios.

Me atrae la noticia. Ciudad flotante.

Ahora, queda ponerle nombre. Será nuestra Nautiluca. Si, en honor al Nautilus de Verne. Ese submarino surcó nuestras aguas: «indiferente y rápido corría a toda hélice . El 18 de febrero, a las tres de la madrugada, embocaba el Estrecho de Gibraltar (capítulo XXXI). Así, podremos habitarla, hacerla crecer. Llamémosla Nautiluca. Llegaremos a ella en forma de fantasía. Yo, me pido la periferia. Saldré después de la siesta.

Francisco García Castro

Estepona