Arrecian las denuncias contra aquellos obispos españoles que hacen negocio con las catedrales. Ahora, bajo presión, el de Córdoba acaba de confesar que ha sacado 16 millones el último año de su Catedral-Mezquita.

Es curioso que en el Evangelio se lee que Jesús -único gesto de violencia que le atribuye- sacó a latigazos a los mercaderes del Templo, al que hoy esos presuntos 'representantes' suyos impiden incluso acudir a rezar la mayor parte del tiempo, para cobrar la entrada. Cabe, pues, preguntarse si muchos de los que se declaran cristianos no han cambiado su fe en Jesús por la más irracional y temerosa sumisión a sus autoelegidos pastores, que así les esquilan, burlándose del Evangelio y de ellos.