Por un ancestral camino, empedrado en tramos y en otros simple senda, se llegaba a las altas praderías en la ladera de una cordillera, donde pastaban unas docenas de potros y en verano otras tantas vacas. Con la justificación de facilitar el acceso a los dueños de las reses se abrió una pista de 4 metros de caja, en gran parte hormigonada, de acceso restringido pero que ahora usan también los cazadores, quienes suben luego con sus 4 x 4 por las praderías, sin que nadie lo impida, haciéndolo también las motos de montaña. De los excesos del consumo el de bienes naturales es el que más nos empobrece a todos, y suele hacerse así, a mordisquitos que van achicando el espacio de la naturaleza. Nos encanta luchar por la Amazonía, tan exótica y lejana, pero suele haber una Amazonía mucho más a mano que nos vamos merendando día a día, metro a metro, pista a pista, tala a tala, rodera a rodera.