La lógica del sistema es estrictamente maniquea, descansa en la división entre buenos y malos. Esa diferencia, o pendientes, o balanza, hace mover el sistema. Por ejemplo, son inmigrantes buenos los que ya vienen formados y pueden incrustarse en la parte más dinámica de la máquina, y malos los que no vienen con esa mochila guay a cuestas. Por ejemplo, son coches buenos, y pueden seguir en la parte noble de las ciudades, los modernos que no contaminan, mientras que son malos, y se quedan fuera, los que ya están entrados en años. Por ejemplo, son países buenos los que tienen un PIB per cápita alto, y malos los que andan de la mitad para abajo del ranking. Según vamos viendo, los buenos (sean personas, cosas o países) vienen a ser los ricos, y los malos los pobres. Como es fácil de entender la moral que decide que esto es así la hacen los buenos, los malos bastante hacen con sobrevivir.