Hay una reflexión de Honoré de Balzac muy acertada: «Cuanto mayores son los talentos de un hombre, más marcadas son sus idiosincrasias. Sin embargo, en las provincias, la originalidad se considera peligrosamente cercana a la locura».

Ser distinto, a veces, es una suerte de estigma. Lo que debería ser alegría, para muchas personas es desventura. Es importante darse cuenta, que muchas veces el rechazo es la venganza de la ignorancia; las mentes más cerradas suelen encontrar apertura en la maldad. El desconocimiento, normalmente, lleva los ojos vendados, se obstina en hablar mucho y en pensar poco. Sí, la ignorancia no es disciplina de prudencia, ni mucho menos, la ignorancia no se corta un pelo...

Por lo visto, anhelar ser bailarín del Royal Ballet de Londres, en determinados lugares, es considerado un desequilibrio. Hace pocos días, sin pretenderlo, me convertí en una espectadora pasiva de las tinieblas de la ignorancia. Con total tranquilidad, reitero, con total tranquilidad, tres personas estaban diciendo que «el hijo de menganito era un tarado que hacía ballet». ¡Perdona! grité para mis adentros... Si hubiera gritado para 'mis afueras' igual me hubieran agarrado del moño. Y la verdad, me cuesta mucho hacérmelo (sonrío). Con frecuencia la vida nos presenta ocasiones para reflexionar, cada día es un elogio reservado para el pensamiento, ¿lo dudan? Díganme que en el arte no reside la excelencia... Pero desafortunadamente no todo el mundo lo ve así, cada persona es el mirar de su mente: evidentemente, no miramos todos por la misma ventana.

A disposición de la ignorancia siempre están los comentaristas. Ya saben, hay personas que necesitan hablar, aunque no tengan que decir nada. Unos días llaman tarado a un bailarín de ballet y otros... Hay determinados individuos que jamás estarán de acuerdo con nadie, y lo peor, entre sus 'observaciones' solo se esconde la maldad y la miseria. En fin... La ignorancia es esclava de sus propias órdenes, por lo tanto, es inútil hacerle entender que el ballet es arte, y por ende, un bailarín es artista.

Aquellos que arrebatan la honra de otra persona por ignorancia, son la derrota anticipada, de la palabra poco precisa, inspirada en la oscuridad de la mente.