Para los que no seguimos OT2020 en detalle y nos limitamos a ojear por encima los titulares que produce en las redes y la web, la edición de este año ya es finalmente la edición en donde ha desaparecido todo rastro de su origen como programa musical, desembocando en un reality más que trata sobre ofensas, enfados y discusiones. Así como los escenarios hondureños son un mero mcguffin para que los participantes en 'Supervivientes' desplieguen todo su catálogo de frivolidades y narcisismos, los escenarios de las galas de OT son igualmente una excusa con la que conseguir que unos adolescentes -según la OMS, la adolescencia actualmente se extiende desde la pubertad hasta la menopausia- desarrollen sus coreografías emocionales favoritas. ¿Qué ha pasado en el par de meses o así que se lleva emitiendo el circo de Noemí Galera y Manu Guix? Me suena que al principio alguien se ofendió por algo que dijo un miembro del jurado, después el miembro del jurado se disculpó, luego dos concursantes discutieron por algo, uno sintió que no se respetaba su identidad o algo así, otra dijo no sé qué sobre el nazismo y la tauromaquia, después la directora de la academia les riñó por algo, creo que a continuación un miembro del jurado se quejó porque algo le molestó. En esta última semana, el programa se enfadó con una invitada especial que trajeron, y dos chicos discutieron mucho entre ellos -o se enrollaron, ya os digo que sólo leo los titulares por encima-. Al principio 'The walking dead' trataba sobre zombies, después los muertos vivientes pasaron a un segundo plano y las relaciones entre los vivos tomaron el protagonismo de los guiones. Al principio Operación Triunfo trataba sobre canciones, después los ensayos y las interpretaciones pasaron a un segundo plano y las relaciones entre concursantes, jurados y profesores tomaron el protagonismo de las emisiones. No está más vivo el concurso de TVE que la serie de la AMC, y quizá un cambio de título permitiera facilitar la transición a su nuevo género.