Este es el título de una película muy regular aunque con un gran reparto (Gary Oldman, Harrison Ford, Richard Dreyfuss, etc) pero lo que nos lleva a hablar del tan denostado como necesario dinero es lo que ha ocurrido hace unos días, cuando la fiscalía federal de Suiza ha abierto procedimiento contra el presidente del PSG, Nasser Al-Khelaïfi y el ex secretario general de la FIFA, Jerôme Valcke.

Éste último ya fue condenado deportivamente por la propia FIFA y ratificada la sanción por el TAS, con diez años apartado del fútbol y una multa. Ahora podría ser una pena de cárcel por aceptar un soborno, respecto de la venta de los derechos mediáticos de los mundiales y Copa Confederación de la FIFA del 2018 al 2030.

En efecto, se acusa a Valcke de haber recibido 1,25 millones de euros de un tercer inculpado del que no se dice el nombre, un empresario griego, así como del uso y disfrute de una villa en Cerdeña, propiedad del presidente del PSG. A Valcke se le permitió este lujazo por 18 meses, sin pagar nada, aunque el precio de alquiler estaría entre 900.000 y 1,8 millones de euros.

La villa no debe ser cualquier cosa y esta noticia no sería de importancia para el fútbol si no fuera porque todos los actos que hizo Valcke en favor de las empresas mediáticas del qatarí y del griego lo fueron durante su permanencia como secretario general de la FIFA.

Si bien solo se acusa a Valcke de corrupción pasiva, deslealtad -contra la FIFA- y falsedad documental, y a Khelaifi de «instigación» a cometer esos delitos, y seguramente las penas no estarán a la altura de lo que se esperaba, lo que queda claro es que todo un secretario general, con un sueldo muy alto, aparte de las prebendas de su cargo, todavía se juega su carrera -como se ha visto- y, seguramente, la cárcel, por no pagar un alquiler de una villa...

Está claro que podría haber elegido un lugar más barato, pagado con su sueldo, pero la atracción de «todo gratis» por un lado, y el millón y pico del griego por otro, seguramente le convencieron. Nos preguntamos entonces si todo el mundo tiene un precio, cuando se ofrece a quien parece tenerlo -casi- todo, obtener un poco más.

Valcke ha cavado su tumba con el caso FIFA anterior y con este puede cerrar más aún la misma, esta vez con un calabozo suizo. Para Khelaifi, la petición del fiscal no será muy alta porque, presuntamente, «solo» indujo a cometer el fraude. Sin embargo, ocupando la posición que ocupa en el PSG y en el comité de la UEFA, no puede evitar estar en el ojo del huracán. Además de que, unos días antes, el Manchester City fue sancionado por la UEFA por hechos contrarios al 'Fair Play Financiero' y todo ello nos lleva a tener un mal sabor de boca en nuestro deporte.

Está claro que aún no hay decisión final pero, como hacía decir Shakespeare a Hamlet, «algo huele a podrido en Dinamarca».

Aquí no tenemos estos problemas (¿aún?) pero Aguirre, el entrenador del Leganés, echa fuego por la boca con el reglamento que le ha dejado sin su goleador, que se ha ido al Barcelona. ¿Es necesaria esa regla de la lesión de más de cinco meses, que FIFA tenía y eliminó? Mientras lo pensamos, leamos el viejo éxito de Martin Amis, «Dinero». Con el título está todo dicho.