Piden el cierre de TVE. ¡Que le corten la cabeza!, diría la reina de corazones. Pues qué flojos. Mira que conformarse con cortarle la cabeza solo a TVE, con desmontar solo la mayor empresa con los mejores recursos tecnológicos, la plantilla más amplia y cualificada, y la hoja de servicios más nutrida y valiosa de la historia de nuestra televisión. Eso es de blandengues. ¿Vamos a cerrar TVE mientras consentimos que siga abierta Radio Nacional de España? ¿Para qué, para que cualquier día digan algo en la radio que no sea exactamente lo mismo que pienso yo como pasó con esa feminista que salió en "Operación Triunfo" y dijo cosas con las que no estoy de acuerdo? De eso nada.

No tengo por qué pagar eso con mis impuestos igual que no tengo por qué permitir que en clase cuenten a mi hijo algo que no sea la repetición literal de mi pensamiento, mis convicciones, mis certezas, mis prejuicios. La etiqueta #CierreTVE es de tibios cobardicas. Es quedarse a medio camino. Exijamos que le corten la cabeza también a RNE. Hagamos que esa timorato #CierreTVE deje de ser tendencia en las redes sociales y lancemos un claro y rotundo #CierreRTVE. Para que se enteren de que de nosotros no se ríe nadie en la tele pública y en la radio pública tampoco.

Aunque, bien pensado, podemos apuntar más alto y pedir más cabezas. Si no nos conformamos con pedir que quiten de "OT" las clases que no están impartidas por monjitas simpáticas sino por feministas furibundas, ni con despedir a los irresponsables responsables del programa, ni con cancelar ese fracaso que es "Operación Triunfo", ni con clausurar La 1, ni con el cierre de TVE, a ver por qué nos iba a bastar con dinamitar RTVE. Podemos pedir más cabezas. Que le corten la cabeza a algún ministro. O a todos. Y a los vicepresidentes, y al presidente y al Gobierno entero. ¿Y qué pinta aquí el Estado? #CierreEspaña, #CierreUniónEuropea, #CierreOrganizacióndeNacionesUnidas. ¡Que le corten la cabeza! ¡Que le corten la cabeza! ¡Que le corten la cabeza!