No pocos funcionarios y empleados públicos han recibido estos días una circular del Ministerio de Trabajo con consejos sobre el coronavirus. Acto seguido les ha llegado una comunicación del Ministerio de Sanidad diciendo que no, que nada, que aquí las únicas instrucciones las dan ellos. Está el ambientito de coalición descoaligándose, choques continuos, la ley de Igualdad, ahora el coronavirus. Son turbulencias de un vuelo inédito: Gobierno de coalición. Los ministros se zahieren unos a otros en Twitter o en el Telediario. Se mandan recaditos, se insultan, se reprocha cosas. Sánchez ha repartido las competencias tanto, y entre tantos ministerios (con el fin de que no emerja un todopoderoso) que es difícil que no haya cosa que ataña a dos o tres departamentos ministeriales. Lo vimos también con las protestas del campo. Hasta que Luis Planas, titular de Agricultura, que sabe más por viejo (socialista) que por diablo, dijo hasta aquí hemos llegado y las facultades en esto son mías. Las Facultades, por cierto, que no están en el Ministerio de Educación. O mejor dicho, hay uno de Universidades pero sin el resto de competencias en Educación. Va uno a un ministerio y estamos peor que con Larra: «Vuelva usted mañana». Ahora se añade: «Vuelva usted, pero al Ministerio de enfrente».

No es de mi competencia ha sido siempre una frase socorrida para según qué políticos. No se ha pronunciado tanto nunca. Entre tanta competencia repartida se abre paso la incompetencia. No es una crítica al Gobierno y sí a su diseño y al engrase entre partidos. Si PSOE y Podemos no se soportan podrían al menos disimularlo. Discrepan con balcones a la calle. Los medios amplifican las diferencias, es cierto, pero cada vez que un ministro dice que hay coordinación, hay otro poniendo un tuit borde, cabestro, inoportuno, extemporáneo o todo a la vez. A veces se culpa al mensajero, sin que eso no signifique que el mensajero a veces sea poco riguroso y gritón. El dicho popular afirma que las prisas no son buenas consejeras, pero más valdría decir que las prisas no son buenas ministras. Esa es otra: la carrera por ver quién (si Podemos o PSOE) saca antes una Ley. Que más que una Ley de Igualdad parece que igual da qué ley. Los subsecretarios deben andar locos. Podríamos acabar la columna diciendo que la oposición saca rédito de todo esto. No. Ciudadanos está en ver si sobrevive, el PP con sus alonsadas tratando de no desaparecer en según qué territorios. Y la de Vox es otra guerra.