"Menos mal que tenemos internet", comenta una persona en la cola del supermercado mientras reúne previsiones para atrincherarse en casa por lo menos quince días y evitar el contagio del coronavirus. La tecnología tiene en la era del COVID-19 un papel crucial en todos los ámbitos. El superordenador más potente del mundo -con un tamaño de dos pistas de tenis- trabaja en la cura del virus. Mientras simula compuestos que podrían convertirse en antídoto para la pandemia global, la población aguarda en sus casas conectada a internet para trabajar, informarse, estudiar o pasar el rato. La sociedad hiperconectada ya no necesita desintoxicación digital.

La empresa IBM está detrás de Summit, el ordenador que busca el antídoto contra el virus que ha paralizado el mundo. Tiene un rendimiento de 200 petaflops (algo así como juntar un millón de portátiles de gama alta) y lo están usando en el Laboratorio Nacional de Oak Ridge, en EEUU, para identificar y estudiar compuestos que sirvan para encontrar una cura para el coronavirus. De momento, han conseguido simular 8.000 compuestos en pocos días, y con ello han identificado 77 moléculas pequeñas de compuestos de medicamentos que podrían ayudar a encontrar una cura. El proceso «puede ser muy lento si no se utilizan computadores que puedan realizar simulaciones digitales para reducir el rango de variables potenciales», apuntan desde IBM.

En el ámbito doméstico, la conexión a internet es crucial ahora que los niños y niñas de todo el país estudian desde casa y sus padres teletrabajan. Compañías telefónicas como Movistar, Orange o MásMóvil ofrecen 30 gigas extras gratis a sus clientes y acceso a su televisión a la carta para sobrellevar los efectos del coronavirus. Movistar, por ejemplo, abre canales infantiles y series, de momento, hasta el 30 de abril. «En momentos de crisis la sociedad necesita aún más la comunicación», apunta el director de Telefónica José María Álvarez-Pallete.