Siempre habrá quien busque aprovecharse de una calamidad. El menos canalla -dentro de la canallería del gremio- será el pequeño ratero que pesca al descuido en el desorden. De ahí para arriba está el que acapara a fin de blindarse, el que sube precios de lo que se ha vuelto más necesario, el que de un modo u otro hace negocio de la desgracia y, a gran escala, el que para enriquecerse fomenta la terrible arritmia de la Bolsa. En un escalón superior están los que, más allá de la legítima crítica, regatean al poder hasta la menor comprensión (no digo siquiera apoyo), aprovechando el movimiento de las aguas para tratar de darle la vuelta a la tortilla. Pero arriba del todo están los que en la situación ven la oportunidad para romper el Estado que sostiene la casa. Estos granujas Premium hasta el momento solo han enseñado las orejas, pero la película no ha hecho más que empezar.