Para los más pequeños:

Disfrutad del tiempo libre que tenéis para jugar, que no se os olvide cumplir con la responsabilidad de vuestras tareas, seguro que vuestros padres os han dejado claro la importancia de levantarse un poquito temprano, lavarse los dientes, desayunar, dejar el cuarto recogido, cambiarse de ropa, hacer tareas del colegio, ordenar cuando se acabe el cole virtual o los deberes para preparar el salón o el cuarto para los juegos y prepararse para comer sano y todo lo que halla en el plato. Recordad que vuestros padres no son los profes y que las dudas las debéis solucionar vosotros solos preguntando o apuntándolas para el final.

Luego ayudad a recoger la mesa y prepararos para descansar un poco. Podéis dormir o no la siesta, pensar que vuestros padres quizás si quieran y podéis optar por ver pelis o leer cuentos, jugar de manera tranquila y silenciosa. Una vez acabado el descanso, podéis poneros a jugar con más sonido, tenéis que jugar solos y en compañía, ya que quizás vuestros padres tengan cosas que hacer en casa para la casa o para su trabajo. No olvidaros de hacer deporte, y ahí si tenéis que animar a vuestros padres a que lo hagan con vosotros! Recordad que debéis recoger el cuarto y el salón para el día siguiente, cenar y volver a jugar si queréis de forma tranquila sin sonido antes de ir a dormir. Conclusión: aprended a cumplir un horario, seguid unas tareas y jugad en modo silencio y en modo sonido, ¡como los teléfonos!

Para los adolescentes:

¡Chic@s! vuestra familia no es el enemigo, y la palabra aburrimiento está prohibida. La play y los teléfonos deben tener un horario y quizás podáis pasar algunas horas sin compartir vuestra vida en redes o hablar con vuestros amigos. Vuestro cuarto está para dormir, para estudiar y para vuestras intimidades, pero no para pasar todo el tiempo aislados. Existen muchas formas de pasar ratos en familia, juegos de mesa, series o películas, comidas o haciendo deporte. Pueden ser las risas si lo compartís todos y de poco que hagáis juntos, saldrán temas de conversación.

También podéis invertir tiempo en cocinar individualmente para todos o en equipo, ya que la cocina se ha puesto bastante de moda y también podéis subir vuestros platos a Instagram. Sé que la mayoría de vosotros estáis hartos de los deberes online y de estar en casa y para ello os doy varios consejos:

  • Cada vez que os aburráis poneros a hacer 30 flexiones, 50 sentadillas y 100 abdominales. Seguramente os pongáis muyyyy fuertes todos o dejéis de aburriros rápido. Además, ¡combatiréis la pereza!
  • Haced una lista de cosas que podáis hacer en casa: ordenar los armarios, limpiar, leer libros o artículos, películas, series, documentales, recetas, tablas de ejercicios para trabajar todo vuestro cuerpo y mejorar según el deporte que practiquéis, meditaciones para mejorar vuestro control y dejar de discutir por tonterías, estar más concentrados en clase y vivir mejor con vosotros mismos.
  • Podéis escribir un diario sobre toda esta película que estamos viviendo y ninguno de nosotros nos la esperábamos, si os sentís perdidos, nosotros los adultos también.
  • Podéis poneros en la piel de vuestros padres e intentar comprender lo preocupados que pueden estar por su trabajo y la economía familiar, ya que vosotros dependéis de ellos y hay que seguir pagando facturas y gastos.
  • Podéis pensar en aquellos amigos que realmente necesiten ayuda o compañía, para ver de qué forma podéis ayudar, o hacerles saber a los más mayores de vuestro alrededor que pueden contar con vosotros para hacer la compra, sacar al perro o cualquier tarea del hogar.

Esta situación no os ha pillado en una edad mala, os ha pillado en la mejor edad para que seáis conscientes de que el mundo no deja de girar, que nadie es imprescindible, que la familia es lo único que nos queda siempre y que ayudar a los demás es lo mejor que podemos hacer. Toca madurar porque sí.Para los adultos:

Cierto es que vivimos muy preocupados por el futuro que se nos presenta y que la incertidumbre y ansiedad nos hace sentir verdadero temor, ganas de soledad, rabia... Es momento de adaptarse y desarrollar nuevas habilidades, de jugar con el tiempo y progresar a través de nuestras emociones para conseguir el mejor resultado final posible.

Nos toca ponernos en el lugar de los más pequeños y reconocer que si estamos, quieren nuestra atención para todo y que debemos ir poco a poco en esta nueva educación del hogar si queremos conseguir autonomía. Es totalmente obligatorio el trabajo por economía de fichas con ellos. Con los adolescentes debemos recordar cuando nosotros lo éramos, y cómo nos gustaba estar con amigos y evitábamos en ocasiones a los padres por vergüenza, pereza o falta de interés. Debemos ser comprensivos y usar estrategias con paciencia para ganárnoslos, compartir su realidad y ser un gran ejemplo sobre todo con las emociones.

¡A través del ejemplo y la insistencia lograremos milagros! Compartamos con la familia y los más allegados nuestras preocupaciones, tengamos conversaciones interesantes con personas queridas que nos reconstruyan y vivamos el mejor presente que podamos.

Para los más mayores:

Dejaos querer y cuidar. Protegeos y sentiros vulnerables. Sabemos que sois los más fuertes realmente, que daríais todo por nosotros, incluso la muerte porque consideráis que ya habéis vivido suficiente y no queréis que les pase nada a vuestros hijos y nietos.

Esta situación es para que os sintáis reyes y que todos nosotros seamos conscientes de lo que significa protegeros y cuidaros, porque siempre lo hicisteis y aun siendo los más susceptibles de este virus, os seguimos viendo con vuestros carritos de la compra cada día camino al súper, cocinando para todos y cuidando de los más pequeños con una sonrisa.

Si el coronavirus es cuestión de tiempo, que el tiempo nos ponga a cada uno en el sitio que queremos, que aspiramos, que deseamos y que merecemos. Preparémonos para situaciones complicadas y tomemos las decisiones con apoyo familiar, teniendo seguridad de que todo irá más o menos bien estando juntos.