Los virus son agentes infecciosos que viven en nuestro planeta desde hace cientos de millones de años. En el origen de la vida virus y bacterias, existían antes que el hombre. Si estos pensaran se hubiese preguntado qué hacemos los humanos que hemos llegado más tarde y trastocamos su hábitat culpabilizándolos de los desastres. Si están en el planeta algún sentido tienen. Si algún biólogo lee este artículo sabe porqué lo digo. No obstante hasta recientemente en la historia de la humanidad no hemos podido estudiar qué función cumplen dentro del planeta. No obstante su evidencia de que produzcan enfermedades son tan antiguas como el hombre. Esto lo saben muy bien los antropólogos.

La palabra virus es familiar para el público en general. Toda la población en mayor o menor grado sabe lo que es un virus y la informática ha tomado esta palabra prestada de la biología para su uso. Algo que se contagia de ordenador a ordenador y que puede trasmitirse a traves de un cable o por las ondas re a otro ordenador.

Los estudiantes de medicina, biología y otras disciplinas saben que el virus entra en la célula y necesita parasitarla pare reproducirse y perpetuarse. Si no hubiese bacterias, hongos, plantas, peces y mamíferos incluido el hombre no existirían. Necesitan de otro organismo para reproducirse. Ellos no pretenden hacer daño, quieren reproducirse y mantenerse evolutivamente a través de sucesivas generaciones. Si nosotros aparecemos en su camino de forma directa o a través de los reservorios o animales donde se encuentran nos invaden. Si los evitamos o intentamos evitarlos su efecto se reduce o anula.

Para todos son conocidos virus como el herpes que produce lo que se llama ‘culebrina o lesiones labiales’, la polio porque los mayores de 50-60 años tuvieron algunos amigos que quedaron y otras. Algunos se erradicaron, otros pero no todos, con vacunas los hemos logrado controlar. El lenguaje de que vamos a ganar una batalla es en esto momentos necesario pero poco didáctico. Va a dejar a mucha gente aterrorizada. Es una visio antropocéntica que tenemos que conviene si no abandonar relativizar. Los identificamos como individuos, pero ellos no piensan. Solo tienen mecanismos muy sofisticados de invadirnos que se han ido depurando a lo largo de la evolución tomando de prestado muchas herramientas nuestras.

Los coronavirus existen desde hace muchos años en muchos entornos naturales que se llaman ecosistemas. Este virus pare replicarse entra en la célula pero solo se multiplica en los ribosomas sin tener que llegar más allá como otros virus que requieren procedimientos más complejos. Y en los animales y en humanos tiene preferencia por las células de nuestra vía respiratoria principalmente y por ahí empieza su penetración en nuestro organismo. Tenemos al menos tres filtros para pararlos. Uno es la propia célula que infecta que trata de detenerlo, otro es el sistema inmune innato que es con el que nacemos y el que protege a recién nacidos y niños mientras se desarrolla su sistema inmune, y el sistema adquirido del que forman parte los anticuerpos que es lo que se ha producido ya en los individuos recuperados y lo que se pretende generar con una vacuna. Este es el más especializado y funciona como el traje a medida. No tiene el mismo diseño en una persona que ha nacido en Brasil o Zambia que en otra que haya nacido en España o Francia.

Este virus se parece al de la gripe por la alta tasa que tiene de mutar. Al mutar genera una nueva llave (proteína del virus) que le permite entrar en una cerradura que no tenemos blindada o protegida (receptor de la celula). Cada tipo de virus tiene su propia llave que solo funciona en una cerradura. La célula pone la cerradura y esta es diferente según las células y tejidos del organismo.

El virus de la gripe mató a más de 80 millones de personas según datos recientes. La complicación fue neumonía bacteriana que mataba porque entonces no existía la penicilina ni otros antibióticos. El virus SRS-Cor a-2 lo que produce es en personas adultas una neumonía de otro tipo gravísima y un posterior fuego diseminado por todo el organismo que los médicos llaman ‘tormenta de citokinas’. Nuestras propias sustancias son las que nos matan. En los mayores cualquier virus es altamente patogénico. Cuando envejecemos todas nuestras funciones se van apagando incluido nuestro sistema inmune innato y adquirido aunque de una forma variable de individuo a individuo. Hace poco la TV decía que un anciano de más de 100 años había superado la enfermedad en Italia.

He visto en algunas noticias de TV y prensa escrita que es un virus que viene de murciélagos y otros animales. El murciélago es un mamífero muy activo que caza insectos por la noche. Es un portador del virus, no padece la enfermedad pero sí contamina. Este animal forma el 20% de la población de todos los mamíferos existentes. Antes de producir esta epidemia y las previas en humanos eran de gran preocupación en muchos países porque producen enfermedades en el ganado (zoonosis). En Melbourne (Australia) existe uno de los centros de investigación más importantes del mundo para estudiar como funciona el sistema inmunológico de estos mamíferos y como muta el virus en este enorme reservorio.

Como investigador clínico oigo a la prensa hablada y escrita y leo artículos científicos sobre el tema y creo que conocimientos básicos contribuyen a diseminar esta información en el lector, particularmente el no sanitario donde todo esto, lógico, le coge muy lejos. Esto pasará y lo que venga después habrá que estudiarlo. Esta lo hace una avanzadilla de investigadores básicos y clínicos en todo el mundo que avisan y previenen a la sociedad y gobernantes de las consecuencias. No parece que este circuito haya funcionado bien en esta gran epidemia pero de los errores se aprende.

*Blanca es investigador clínico y asesor científico. Ha sido jefe de los Servicios de Alergia del Hospital La Paz (Madrid) y el Hospital Carlos Haya (Málaga)