Ese ruido de afilar cuchillos como rumor de fondo mediático, envenenando el aire y anunciando sotto voce un ajuste de cuentas cuando se supere la epidemia, no tiene recorrido, pues ni habrá condiciones objetivas para nuevas urnas ni, sin ellas, para descabalgar al Gobierno. Lo que habrá sin duda es un cambio de escena, con la reconstrucción de la economía y el empleo como prioridad e inéditos acuerdos trasversales para hacerla posible. En situaciones así se echa mano siempre al recuerdo de los pactos de la Moncloa. Sin embargo ni estamos, como entonces, en un proceso de cambio de régimen (en 1977 no había Constitución), ni está la derecha en el poder y la izquierda en la oposición, sino al revés. Así que, queridos jóvenes políticos de lado y lado, tendréis que demostrar en esa gran transacción una imaginación, generosidad y valentía semejantes a las de la denostada transición.