Quizás sean malos tiempos para las despedidas funerarias, pero en esencia consisten simplemente en hablar del muerto y darle un último soplillo de vida. No es fácil elegir para una despedida la mejor canción de Aute, pues al menos una docena eran redondas, por la alta calidad de la letra, de la música y la que su propia calidez humana añadía al interpretarlas. Yo me quedo con "La belleza", porque, aunque sea algo ripiosa, combina una causticidad implacable, la nostalgia del tiempo de las grandes causas y la defensa de los derechos del corazón y la belleza, la única tabla de salvación posible. Cuando desprecia a los escaladores sociales que "no rozaron un instante la belleza" no solo está haciendo una crítica, sino describiendo lo que la belleza es (un roce, un instante) y hasta explicando su razón personal para vivir. Gracias a esa razón del corazón nos lega mucha vida, así que gracias.