Leí Una cierta idea de mundo (Anagrama, 2020) de Alessandro Baricco y me hizo recordar sus libros anteriores. Es extraño porque Una cierta idea de mundo es un libro en el que Baricco habla de sus lecturas, no de los libros que él ha escrito. ¿Por qué hacemos los escritores eso? Hablar de libros. En el caso de este libro, el mismo Baricco lo dice en el prólogo, lo hace para "dar relevancia a esta apacible liturgia". Y un poco más allá "me resulta cada vez más difícil expresar lo que veo cuando miro a mi alrededor; y concentrarme solo en una parte de este gran espectáculo no parece llevar muy lejos, uno acaba topándose con tecnicismos que enfocan el detalle pero pierden de vista el conjunto que lo integra, que es lo que en realidad importa. Por otra parte, ¿cómo puede uno estar callado con todo lo que pasa alrededor? Con mayor razón si eres alguien que se gana el pan trabajando con la inteligencia y el gusto." Esto lo hace continuamente en el libro. Y me ha gustado. Cita fragmentos del libro del que está hablando para que sea el propio lector quien lo valore. Para demostrar lo que quiere decir. Me gusta el recurso. Y, como con todos los recursos que me gustan, voy a copiarlo. No sé si lo hizo alguien antes que él. Pregúntenle a Baricco. Él seguro que lo sabe.

Entonces, ¿cuales son los cincuenta libros que Baricco ha leído recientemente y de los que está dispuesto a hablar en público? No me digan que no sienten curiosidad.

Hay de todo. Novelas, ensayos, algún tebeo y libros que ni siquiera han sido traducidos al español. ¿Existen libros así? Existen. Libros que forman parte de lo mejor de la biblioteca personal de Baricco y que ningún editor español ha incluido todavía en su catálogo.

Próximamente.

Me imagino la faja en color rojo refulgente: Uno de los mejores cincuenta libros que Baricco ha leído últimamente. ¿Se vendería? Para comprobarlo, le pregunté a un amigo bastante lector. ¿Quién?, me devolvió la pregunta. Alessandro Baricco, respondí. Mi interlocutor dudó unos instantes y entonces hizo lo que muchos lectores hacemos, la parte por el todo, el autor definido a través de su obra, de una sola de ellas, dijo Ah, sí, Baricco, el autor de Seda. Es como si dijéramos Ah, sí, David Bowie el autor de Space Oddity.

Este párrafo estaba pensado para la vida y obra de Baricco. Incluía comentarios subjetivos. Lo he eliminado. "En su figura, lo que es realmente auténtico es lo que de esa figura ha cristalizado en la percepción colectiva. Marilyn Monroe es Marilyn Monroe, no Norma Jean". Lo dice el mismo en Los bárbaros. Ensayo sobre la mutación. Una sencilla regla de tres: sobre Monroe se han escrito más de 1.000 libros. ¿Qué pueden aportar 96 palabras, las que tiene este párrafo, sobre Baricco? Para la mayoría de los lectores españoles, Baricco es (solo) el autor de Seda.

Seda es el único libro que yo he robado. El único objeto.

La dirección del piso donde sucedió todo esto es calle Orzán, 76. Tercero. Si pasan por allí, admiren la galería. Ni Fernando Ontañón ni yo vivimos allí ahora.

Aquel piso, era un piso precioso de techos altos, suelos de madera. Tenía un punto a lo Almodóvar. Y a Lau y a mí nos gusta ese punto. Además, lo habíamos decorado muy bien. Con libros. No existe mejor objeto decorativo. Era grande. Un piso de ciento veinte metros cuadrados en el centro de la ciudad. Y teníamos una habitación que llamábamos la biblioteca. Allí comíamos, daba clase, leíamos y echábamos la siesta. Es increíble lo que puede hacerse con cinco estanterías Billy, un sofá y una mesa. La mesa era redonda y extensible, una preciosidad. El caso es que allá por el 2016, cuando yo me mudaba de A Coruña, Fernando Ontañón buscaba un piso. Y el nuestro estaba muy bien de precio. Además, Ontañón, como todo buen escritor que se precie, no tiene coche, ni conduce, así que no necesitaba aparcamiento, pero sí metros cuadrados para llenarlos de libros y para sus dos hijos, que iban incluidos en el pack. Le gustó el piso, se mudaron y un día, pongamos que al año siguiente, yo regresé a Coruña y él se ofreció a enseñarme cómo había quedado el piso. Sinceramente, sentía mucha curiosidad por verlo.

Me ahorro los detalles: Ontañón había elegido como biblioteca la misma habitación. Y allí nos tomamos una cerveza. O dos. Y hablamos de libros. Y apareció Seda. Estaba en los estantes de arriba, en la estantería más cercana a la galería que daba a la calle. Sacar un libro tan delgado de un estante es siempre como una operación quirúrgica.

Lo tengo ahora mismo delante de mí. Es una edición en tapa dura. La portada es fucsia y tiene un ideograma, sólo uno, bajo el nombre del autor en mayúsculas y el título en cursiva. Es tan poca cosa, en apariencia, este libro.

En serio, ¿a qué vienen tantos halagos? Algo así le debí preguntar. Y Ontañón me respondió que me lo llevara, que lo leyese y después hablábamos. Es lo que siempre decimos los escritores. Deberíamos hacerlo con acuse de recibo. Sobre todo cuando se trata de libros tan importantes como Seda. Y tan bellos. Por fuera y por dentro.

Leí Seda y tuve que darle la razón a Ontañón. El libro es tan delicado como exquisito. Es una novela. Pero sus capítulos, la mayoría, tienen apenas una página, media. Cuenta la historia de un comerciante de gusanos de seda. La historia empieza en 1861, en Lavilledieu. Y termina en 1897, en el mismo pueblo francés. Tras varios viajes a Siria, Egipto y Japón. En apenas noventa páginas. Como la mayoría de las novelas de Baricco, tiene un mensaje que te golpea cuando cierras el libro. El mensaje y la intriga porque aquí hace algo que no le había leído hacer antes. Y eso es lo que más destacaría de él: cada libro es un nuevo reto. Baricco es de ese tipo de autores que no tienen dos libros iguales. Porque un escritor no es Zara ni Adolfo Domínguez. Un escritor no debería ser una marca.

Por eso este libro, Una cierta idea de mundo, habla de otros libros. Como anomalías. Y no de autores. Si quiere saber de qué libros, tiene dos opciones. La primera, esperar a la semana que viene, mi próxima entrega, donde seguiré contando lo que siento (y pienso) sobre los libros de Baricco, los que él ha escrito y los que él recomienda. La segunda, buscar ahora mismo el índice en internet. Seguro que lo encuentra.