Era ingenuo pensar que todos los partidos fueran como ovejas al corral de los pactos, sabiendo que son una fórmula necesaria para afrontar la crisis pero también un reparto de sus costes políticos y un sedativo de la oposición. Ahora Sánchez deberá emplearse a fondo con Casado y quizás podría empezar ofreciéndole crear una gran comisión sobre la crisis del coronavirus que, en cuanto se vaya superando, emprenda un análisis objetivo de lo sucedido en España, las causas de su hecho diferencial y los posibles errores. Es algo que habrá que hacer en todo caso, pero el hecho de que fuese el fruto de un amplio acuerdo político podría asegurar una composición imparcial que de confianza a los españoles en sus resultados. No hablo, claro, de una comisión parlamentaria, sino de un grupo de personalidades de prestigio y expertos presidido por alguien que haya acreditado independencia.