Obligado el aplauso al sanitario en pleno frente, pero difícil elegir entre policías, quiosqueros, militares, conserjes, trabajadores de la limpieza, cuidadores, servidores de la Justicia, los medios y sectores esenciales, trabajadores de la industria, el campo o la construcción. ¿Y qué pasa con el comerciante y hostelero, que a la posible ruina y el paro añade la impotencia del cierre?, ¿y el empresario que lucha por no perecer?, ¿y el profesional sin ingresos y con cargas?, ¿y los ancianos en general, inmovilizados y víctimas propiciatorias? Casi nadie se libra de la contribución heroica, en mayor o menor grado y por activa o por pasiva. Sin embargo, con permiso de todos, siento especial admiración por las cajeras, silenciosas, aplicadas, amables, pacientes, mucho más próximas (por medidas que se tomen) de lo que aconsejan los protocolos. Un gesto de aplauso al pasar por la caja.