Buen ejemplo de los que nos representan

En las circunstancias que estamos viviendo, a raíz de esta pandemia, debemos estar expectantes porque las ideologías extremas de derechas e izquierdas, los nacionalismos radicales y los populismos que estimulan el rencor, el posicionamiento ruin, son más fanáticos que los mediadores y serenos.

Debemos contribuir de manera eficiente en política, en las dificultades que aparecen de forma ordinaria en nuestro espacio más cercano, escasa reivindicación para extirpar los procedimientos de nefasta administración, podredumbre, inmoralidad etcétera, que acarreamos y aguantamos durante tanto tiempo en el ámbito político.

Muy bueno sería para el bien del país reducir gastos, y más ahora, aunque este tema está siempre en boca de cada ciudadano y nuestros representantes escurren el bulto y a seguir con la mamandurria. Es inadmisible que tengamos tantos políticos y asesores de políticos en cada una de los parlamentos autonómicos. ¿No es posible reducir a lo mínimo, a lo imprescindible, tantos cargos en la administración?¿Por qué a estos funcionarios se les tiene más privilegios y consideraciones que a otros ciudadanos que con su trabajo y esfuerzo prestan su servicio a la sociedad?

Otra cosa que siempre reclamamos los ciudadanos, pues el pueblo es sabio, es que las personas que nos representen, deben estar cerca de ellos, conociendo sus problemas y necesidades. Por este motivo es fundamental que a la hora de votar se haga por circunscripciones, sería lo justo y el representado estaría atendido, no como ocurre.

El miedo, la incertidumbre y ahora más, por lo que nos acontece, hace que las manipulaciones de los que les interesa el poder, hagan que al pueblo le vayan quitando poco a poco la libertad, que tanto les costó conseguir a nuestros padres y abuelos.

Si la ciudadanía está mal informada o manipulada, más fácil efecto de cautivar y mentir. Hay que educar la pasión por la sabiduría y el impulso confortador a esa consumación, la libertad. Ciertamente, la enseñanza en libertad, fuera de maniobras ni críticas, desarrolla en la persona un caudal de conocimientos que le permite aclarar y argumentar a los demás, sin olvidar constantemente el respeto hacia la opinión de todos.

José Ramón Talero IslánMálaga