Aunque cara al deshielo que empieza mañana sea importante saber lo que se puede hacer y lo que no, más importante todavía es que cada uno tenga claro lo que debe hacer, pues se trata de un límite, no una inmunidad. O sea, obviamente aún cumpliendo ese límite puede uno contraer coronavirus y el que quiera reducir más el riesgo tiene que alejarse todo lo que pueda de la raya. Mucha gente insensata se ha puesto ya a montar reuniones de hasta 10 personas o viajes sin ton ni son sin medir cuáles son los riesgos que en su caso concreto añade para si o sus convivientes. El virus sigue ahí, seguirá dejando un rastro de infectados y muertos y el que quiera mejorar la supervivencia de los suyos deberá montar su protocolo, más restrictivo de lo que permiten las normas. El superior ejercicio de la libertad es la responsabilidad, empieza por uno mismo y beneficia a todos.