En 1854 nacía en Dublín, entonces bajo dominio de Reino Unido, Oscar Wilde. Escritor, poeta y dramaturgo fue uno de los más destacados autores de la última época del Londres victoriano. En 1895 estrenaba en el St James Theatre su obra «La importancia de llamarse Ernesto» bajo el título original de «The Importance of being Earnest», jugando con el nombre «Ernest» y la palabra «earnest», que significa serio, ya que ambas palabras son homófonas, es decir, que suenan igual. Es por esto que la primera traducción que se hizo al español, hecha por Alfonso Reyes, y no el ex pivot cajista, el título fue «La importancia de llamarse Severo» para seguir jugando con la homofonía de la palabra.

La obra se estrenó en España después de la muerte de su creador que falleció en 1900 en París. El 3 de octubre de 1919 el Teatro de la Princesa de Madrid levantaba el telón para comenzar la función. Curiosamente en medio de la gran pandemia del s. XX, la mal llamada «gripe española». Una pandemia que se originó en un cuartel americano y que llegó a Europa a través de Inglaterra y Francia expandida por los soldados americanos que venían a luchar a la I Guerra Mundial. España no fue el país mas afectado, ni su origen, pero como no estaba en guerra informaba puntualmente de todos los casos. En los países beligerantes no se informaba de la enfermedad para no minar la moral de las tropas, y al final nos acabaron cargando el «apellido».

En la comedia se trata sobre las costumbres y la seriedad de la sociedad. Ahora estamos atravesando la gran pandemia del s. XXI, el COVID-19, y por delante nos queda un panorama complicado desde el punto de vista económico para todos. Una época que puede incluso superar a la crisis económica de principios de siglo que acabó con los sueños de muchas entidades deportivas que no eran capaces de generar recursos y vivían exclusivamente de los créditos, las subvenciones municipales y otras ayudas. En los últimos tiempos algunos han criticado a Unicaja por no haber invertido más en el equipo y no haber traído a Málaga grandes estrellas que permitieran al equipo llegar a la Euroliga y a luchar por la Liga ACB. Ahora es cuando vamos a ver quién realmente tiene un club con un respaldo detrás y quién estaba disparando con pólvora ajena hasta el borde al abismo. La solvencia de Unicaja va a provocar que el club, siguiendo con su política actual, dé un salto adelante en la competición. Los jugadores y los entrenadores valoraran lo que es cobrar el día 1 de cada mes la totalidad de lo firmado aunque sea menos y no firmar grandes cantidades para luego no llegar a cobrar ni la mitad. Todos vamos a salir muy tocados de esta crisis, tanto emocional como económicamente, pero el Club Baloncesto Unicaja, gracias a la seriedad de su propietario, seguramente saldrá muy reforzado.

P. D.: Para finalizar me gustaría reconocer a uno de los grandes jugadores que ha tenido este equipo, el capitán Fran Vázquez. Un gran jugador al que su carácter tímido a veces le ha jugado malas pasadas y que ahora en su adiós está recogiendo el cariño y el reconocimiento que se merece. Me encantaría que se pudiera jugar el final de la Liga ACB para que Fran pudiera jugar su último partido en la cancha y despedirse como se merece y que no le pasara como a los dos últimos grandes de nuestro baloncesto que se han retirado, Juan Carlos Navarro y José Manuel Calderón que jugaron su último partido sin saber que lo era. Mucha suerte a todos y sobre todo: manteneos sanos. No hay ningún bien más grande que la salud.