Manos Unidas está haciendo frente a esas otras historias de la pandemia que llegan desde los casi 60 países en los que trabaja esta ONG de la Iglesia. Ya ha dedicado 700.000 euros que tienen una finalidad paliativa para evitar, en la medida de lo posible, que aumenten aún más las cifras del hambre y la malnutrición. Son necesarias medidas urgentes para aquellos que no tienen ingresos fijos, no gozan de sistemas de protección social o sanitaria, ni poseen propiedad alguna que les pueda ayudar a mantenerse.

Sumemos a eso que, especialmente en el continente africano, la red sanitaria es escasa y está infradotada. La catástrofe es fácilmente imaginable, pero es posible afrontarla si se hace pronto y de manera ordenada. Manos Unidas posee el conocimiento de la realidad y cuenta con redes que le permiten detectar y actuar. La campaña de ayuda que acaba de lanzar cuenta con estos avales más que probados a lo largo de los años.

Jesús Martínez Madrid

Málaga