Este último parte no puede dar cuenta del final de la guerra, pero los hitos son así, señales dispuestas en el espacio o el tiempo como valor entendido. Hoy se inicia la cuenta atrás para la postguerra, camino a la llamada nueva normalidad. En ese tiempo nuevo, con el telón de fondo de la agudización paulatina de la mayor crisis económica desde la II Guerra y la amenaza del rebrote, viviremos conmemoraciones funerarias y justísimos homenajes a soldados de la primera línea, pero, sobre todo, recogida de rentas políticas, ajustes de cuentas y depuración de culpas. Temo que gastemos toda la pólvora en estas salvas, dejando en segundo plano lo más importante: preparar el sistema, sin perder un día y en todos los órdenes (sanitario, farmacéutico, industrial, social, jurídico, urbano y de reorganización de espacios) para el siguiente ataque de un virus, sea cual sea su nombre.