No parece que quien no cree en las autonomías y rechazó participar en la comisión para la reconstrucción de Andalucía sea el partido más adecuado para presidirlo. Como tampoco tiene demostrado que reúna las condiciones mínimas y sea el más adecuado para dirigir un programa donde los contenidos sociales, las ayudas a los más necesitados, el apoyo a emigrantes y desclasados y la reconstrucción de la economía para salir de la ruina en la que nos veremos sumidos a causa de la pandemia. Vox ha demostrado que estos asuntos les importa un pepino, envueltos como están en la pandemia banderil que asola a nuestro suelo patrio, con las caceroladas como acompañamiento enfermizo de quien maneja pocas ideas.

Moreno Bonilla, versus Elías Bendodo, han decidido que sea Vox quien presida en la Cámara andaluza esta comisión. Es lógico. Si Vox no entra en el juego, del que se había auto marginado, la comisión quedaba en manos de la izquierda. Socialistas y Andalucía Adelante suman más que PP y Ciudadanos. Un repelús recorrió la espina dorsal de los populares y temor a perder la presidencia de la comisión. Habrá que saber, y se sabrá, qué ha ofrecido a cambio Elías Bendodo a Vox. Y señalo al vicepresidente porque el presi, o sea Moreno Bonilla, no se rebaja a estos menesteres. Y Juan Marín está llamado a dar explicaciones a la dirigencia de su partido, Ciudadanos. El cacareado giro de Cs al centro, en tela de juicio.

Era lógico, pues, que tanto el PSOE como Adelante Andalucía abandonaran la comisión por considerar, entre otros motivos, que la ultraderecha, de corte fascista que anida en el seno de Vox sea el partido más adecuado para diseñar las líneas maestras para la reconstrucción del tejido social y empresarial de Andalucía. El portavoz socialista Jiménez Barrios, sin levantar la voz, pero con argumentos sólidos, señalaría que Vox era el menos adecuado y volverían a la comisión si esta fuera presidida, por ejemplo, por Ciudadanos. Me temo que no hará vuelta atrás y el sueño de Moreno Bonilla de lo que llamó la «gran alianza» por Andalucía fracase antes de arrancar. Es hora de la gran política y de eso, en la Cámara andaluza, cuarto y mitad.

Habrá que preguntarse por qué Moreno y Marín han bendecido que sea Vox quien esté al frente de esta comisión y cuál ha sido la deuda política a pagar. Salvo personas que no tienen dos dedos de inteligencia, que las hay, se puede afirmar que PSOE y AA quieren que fracase esta comisión. Se olvida, con demasiada frecuencia, que Vox es el partido que ha hecho del odio y el rencor su razón de ser, todo ello adobado con el mayor número de mentiras que jamás haya dicho partido alguno en el Congreso y que, de forma insolente, se envuelve en la bandera de España para ocultar su desnudez ideológica y de proyecto para España salvo volver a la dictadura franquista.

Además de este frente, el Gobierno andaluz ha abierto otro, no de menor cuantía y que, estoy seguro, dará muchos quebraderos de cabeza. Me refiero al recorte de 135 millones de euros con el que son amenazadas las universidades públicas andaluzas, cantidad que iría destinada al fondo de reconstrucción. Pese a las explicaciones del consejero Velasco, con el uso de los remanentes, todo el colectivo universitario, desde los rectores, a los sindicatos y asociaciones universitarias se oponen de forma rotunda, creando un ambiente que pasa de la tensión a la indignación. Puede que entre los colectivos no haya nadie más solidario que las universidades como vienen demostrando históricamente, sujetas como han estado a infames recortes que las han hecho menos competitivas, obligadas a apretarse el cinturón hasta la casi inanición, superando estas situaciones gracias al tremendo esfuerzo mental, a la inteligencia y a la eficacia para saber manejarse en situaciones extremas. Las universidades andaluzas, con este y anteriores gobiernos, siempre dieron pruebas suficientes de su espíritu solidario, pero hay que hacerlo en su justa medida.

P.D.- (1) Cuando era niño y soltaba palabrota, la abuela me decía: «niño, que te pico la lengua» y me enseñaba un pimiento rojo cornicabra. Habrá que ir pensando en una ristra de picantes para llevarla al Congreso. ¿Se imaginan, ustedes, la cara que se le pondría a Cayetana Álvarez de Toledo y a Pablo Iglesias; a Maca Olona y Espinosa de los Monteros, por citar a los más rabiosos, si tuvieran que mascar un cornicabra?

(2) En la cúpula del PP, no todos, están hasta el moño de la cara cetrina, de permanente malhumor que pasea Cayetana Álvarez de Toledo. Con una sola frase acusando, al padre de Iglesias de terrorista, se cargó toda la estrategia para demoler, algo difícil, la fuerte y recia personalidad del ministro Marlaska.