Puede que pase igual en cada país, pero desde luego España es la gran desconocida de los españoles. Cuando hablo de España me refiero a un mix de geografía, historia, costumbres, gentes y piedras, compactados durante milenios y, en gran parte al menos, sin haber entrado todavía en la fase kitsch. En esta fase la realidad se nos muestra envuelta para el consumo y aliñada al gusto del consumidor, con lo cual todo es tan previsible que no hay descubrimiento alguno y solo se goza comprobando que las cosas son como nos habían contado. A pesar de medio siglo de turismo masivo, la mayor parte de España no está demasiado condimentada ni maquillada. Lo único que cuesta es dar el primer paso, perder la timidez, meterse en un territorio del país y ponerse a escudriñar qué tiene dentro. Más o menos confinados en España, este verano podremos comprobar que no tiene confines.