Hace como un tercio de siglo, tras remontar la crisis del 23-F, se decía que las tres patas del Estado eran Banesto, la Guardia Civil y el PSOE, ejércitos disciplinados de vocación nacional y presencia (oficina, cuartelillo o sede) en cada pueblo. La banca luego se debilitaría, pero la lucha contra ETA reforzó la sintonía del PSOE y la Guardia Civil, pese a rotos como el del llamado 'GAL verde' o el caso Roldán. Lo que interfiere hoy esa sintonía clásica sería, en el fondo, la inquietud nacida de la alianza táctica entre el 'nuevo' PSOE y la parte 'social' de los independentismos. Así que, bien mirado, se trataría de la misma desconfianza hacia el actual Gobierno que profesa la vieja guardia del PSOE. Aunque quienes de veras saben no dudan de que antes lloverá hacia arriba que el Partido Socialista ponga en riesgo la unidad de España, en la inquietud no manda la mente, sino el cuerpo.