Resulta complicado ponerse en contra de una medida que trata de paliar la desesperada situación que sufren millones de personas al no contar con el dinero suficiente para saber no ya qué plato, sino simplemente si cenarán algo por la noche. Qué menos que todo el mundo tenga lo mínimo dentro de lo posible; y no parece que 3.000 millones sea demasiado teniendo en cuenta otras partidas mucho más controvertidas que no voy a molestarme ni a enumerar. Después de tanta mala noticia seguida, ya era hora de que llegara una buena para aquellos que llevan tanto tiempo recibiendo el severo golpe de no tener nada o casi nada. Y no es algo que sólo mejore sus vidas, mejora la de todos, porque se vuelve el país más respetable al no mirar para otro lado cuando no le gusta lo que está a la vista. Es de primero de humanidad que todo el mundo tenga acceso a aquello que le permita la supervivencia de forma digna. Sobran argumentos y explicaciones, no hace falta hacer ni cuentas, algo tan básico no se entiende con números, ni se defiende con cifras.

Como muchas otras medidas sociales que han sido duramente atacadas por los que no las llevan a cabo esta será bienvenida con el tiempo por todos, porque lo correcto una vez se instala es muy complicado moverlo de sitio, como mucho ganará espacio.

El IMV no sólo salvará del hambre a muchas personas, también del paro con el tiempo, pues todo lo que se invertía en buscar comida ahora se empleará en buscar trabajo. Ahora tienen la oportunidad de encarrilar algún futuro, seguro que muchos estarán deseando no recibir la ayuda demasiado tiempo. Al contrario de lo que piensan los que llaman a esto 'paguita' nadie quiere vivir con 500 € al mes, lo mismo que tampoco nadie se merece el sinvivir de no tenerlos.