Lo que viene es un consejo nada fácil de seguir. Por favor, cuadricule su vida, en concreto su espacio de relación. En el trabajo o en un lugar público, cerrado o abierto, haga lo posible por marcar distancias, aunque lleve mascarilla. Cuadricule al límite de lo posible su territorio, en la playa, el parque, la calle, el café, el restaurante, la terraza, la tienda o super, el centro comercial, la oficina, la cola de cualquier servicio. Verá que muchos no lo hacen, pero póngase en valor: usted es usted, distíngase, hágase respetar, tenga la valentía de defender su cuadrícula. Ese espacio que defiende, y se va moviendo a su paso, es suyo, no lo olvide. Si aguanta gestos o burlas y se impone a la presión social que intentará engullirlo, verá en su resistencia una dignidad. Se sentirá mejor. Para valer más, siempre hay que echarle valor. Encima será bueno para la salud, suya y de los otros.