La crisis del Covid19 ha sacado a la luz la dura realidad del sinhogarismo en la ciudad de Málaga. Y es que, cuando empezó el estado de alarma muchos hombres y mujeres no pudieron hacer suyo el lema "Quédate en casa". Porque dormían en la calle, porque no tenían una vivienda digna, porque no podían cubrir sus necesidades más básicas.

La pandemia ha hecho visible un 220 por ciento más de personas sin hogar en Málaga. Además, han fallado tanto los mecanismos de prevención previos a la crisis, como los de respuesta, según advierte la Agrupación de Desarrollo de Personas Sin Hogar de Málaga en un diagnóstico llevado a cabo del 18 de abril al 25 de mayo. Durante la crisis, la mitad de las personas entrevistadas se encontraban en situación de calle.

Es imprescindible que nadie se quede atrás en el camino y, para ello, hay que mirar de frente a las personas sin hogar y abordar su realidad de una forma integral. Son hombres y mujeres muy vulnerables, más de 350 durmiendo en la calle o bien en los recursos de emergencia habilitados en el marco de la crisis. Y uno de ellos -porque conviene poner rostro a las cifras- es Carlos, alumno de nuestro curso de español en Málaga. Carlos, que antes de la pandemia ya vivió dos meses en la calle y que, reconoce, sufrió "mucho". Como él, el 70 por ciento de las personas entrevistadas vivía en la calle antes de la pandemia, con dificultades para cubrir sus necesidades más básicas de vivienda, alimentación, higiene o ropa.

Por eso, la solución no pasa sólo por resolver la consecuencias inmediatas de la crisis, sino en crear una hoja de ruta que aborde de forma integral la realidad del sinhogarismo en Málaga. Y volvemos con Carlos, que hoy día se encuentra en el albergue municipal después de pasar por uno de los centros de acogida de urgencia habilitados durante la pandemia: "No sé cuánto tiempo me voy a quedar aquí -dicesi tendré que irme otra vez a la calle€".

Ante la realidad de tantas personas que como Carlos tienen derecho a tener una oportunidad, consideramos que es vital aumentar los servicios de atención para necesidades básicas de este colectivo, así como garantizar que las personas que se encuentren hoy en los centros de acogida de urgencia tengan acceso a una vivienda para salir adelante dignamente. Esta crisis ha sacado también a la luz las múltiples vulnerabilidades y necesidades de las personas sin hogar y la feminización del "sinhogarismo", ya que durante el periodo de estudio encontramos a una mujer por cada cuatro entrevistadas. Muchos de estos hombres y mujeres padecen enfermedades físicas o mentales, sufren adicciones o presentan discapacidades. También la pandemia encontró en la calle a jóvenes procedentes del sistema de protección de menores, un cuatro por ciento de las personas identificadas en el estudio de la Agrupación, integrada por once entidades sociales y el área de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Málaga. Durante la crisis, Málaga Acoge localizó a 27 de estos jóvenes extutelados en situación de calle y, tras mucho trabajo con las instituciones y la labor en red con la Agrupación, logró trasladar a diez de ellos a centros de acogida. Para hacer frente a corto plazo a la realidad de las personas sin hogar en Málaga pedimos al Ayuntamiento que apruebe este año una moción para poner en marcha un Plan sobre el Sin Hogarismo en la ciudad que, entre otros aspectos, contemple el incremento de las plazas existentes para este colectivo y el aumento y accesibilidad de servicios para cubrir sus necesidades básicas. "Yo tengo que construir mi vida. Conseguir un trabajo, conseguir una casa. Seguir mi camino". Que Carlos no quede atrás. Que nadie -tampoco las personas sin hogar- se queden atrás.