Con las piscinas ya abiertas, las playas medio llenas, y el calor de algunas horas hasta que cae la tarde, la verdad es que no importa demasiado que el calendario lo desmienta porque ya es verano.

Cambian las estaciones, pero seguimos en la misma parada, o no mucho más lejos, casi descarrilamos. Tras tres meses encerrados y después de dejar que la primavera tomara ella sola las calles, los campos, mares y montañas y experimentara una sensación nueva: el mundo a sus pies y nadie pisando; ahora le toca al verano tres cuartos de lo mismo, o lo mismo un cuarto. Lo que es seguro es que no será un verano cualquiera; no estarán masificadas las playas, ni se irá la gente muy lejos cuando toquen vacaciones, ni vendrán a visitarnos desde remotos países a darnos trabajo y a hacer ruido, al menos no en los primeros días de verano.

Es algo que asusta a todo el sector turístico y le habrá dado varias vueltas al asunto para ver si consigue darle la vuelta también a la situación que se le ha venido encima, tiempo ha tenido y parece que también algunas buenas ideas, nadie se lo esperaba pero ya hace tiempo que dejó de ser una sorpresa, no les pillará desprevenidos veremos si preparados.

Los que sí se han estado preparando estos meses son los futbolistas, sin saber muy bien para cuándo, pero ya llegó el momento, vuelve el fútbol a invadir la rutina de los días y a romper por fin la dinámica de que sólo discutamos de una cosa. Viendo la altura del debate mejor será que se lleve el fútbol toda la pelea. Los partidos se televisan, pero las gradas permanecerán de momento vacías, por seguridad y de alguna manera también como homenaje y recuerdo de todas aquellas personas que ya no ocupan su butaca en este mundo.