«El tiempo de Francisco de la Torre como alcalde ya ha pasado», dijo el otro día Daniel Pérez, portavoz municipal del PSOE, en una entrevista en El Plural. Ese es el estribillo que los socialistas se disponen a esparcir por la opinión pública nada más que pase un poco el verano, vuelva el curso político y cierta normalidad.

Para unos, eso es una gran verdad: «son sus minutos de la basura». Para otros, una falacia. Ven al alcalde en plena forma. «Su tiempo ya ha pasado». Ese soniquete, combinado con una más que probable crisis, un parón de muchos proyectos de ciudad y una falta de inversión, unidas a una bajada de ritmo por parte del regidor, podrían madurar mucho las cosas (año, año y medio vista) para la moción de censura, que el PSOE es partidario totalmente de ejecutar. En lo que difieren es en cuándo y cómo y de qué manera.

A este ambiente pro moción se ha sumado Teodoro García Egea, gerifalte de los populares que ha dado una magnífica excusa al PSOE malagueño. Subrayó ante la junta directiva nacional del PP que se ha abierto la veda para las mociones de censura en toda España contra gobiernos del PSOE y de izquierdas. Sarcasmo: los socialistas podrían exhibir la moción como un acto de defensa legítima, de autodefensa, toda vez que perdieran algunas alcaldías. En cualquier caso está el factor Juan Cassá, el ex de Ciudadanos que el PSOE necesita, además de a IU, para descabalgar a De la Torre. A Cassá lo están masajeando en el ente supramunicipal y goza de las prerrogativas de un grupo político amplio, siendo él su único componente. La idea es que proporcione estabilidad al Gobierno de la Diputación pero también que se sienta bien con el peperío y no sea travieso en el Ayuntamiento. A Cassá le da igual. Puede beneficiarse de esto este tramo de tiempo y luego afiliarse al PSOE.

En el equipo de gobierno del PP en el Ayuntamiento, no pueden ni ver al tránsfuga y nadie quiere, como pensaba De la Torre, cederle un área. Muchos egos, juegos de poder y ansias de ser el sucesor, sucesora, hay ahí. Dos políticos malagueños con fama de disfrutar con estas cosas (fontanería fina) echamos de menos en este asunto si es que no han intervenido ya. Elías Bendodo y Francisco Conejo. Los dos harían lo mismo (cada cual arrimando el ascua a su boquerón) si es que no lo han hecho ya. Son de la vieja escuela: «Juan, a ver: tú que quieres». Es claro: «A Cassá hay que ofrecerle coche oficial, área de Gobierno y la garantía de un puesto de salida en las próximas municipales», le señala al cronista, sin descubrirle el Mediterráneo, un veterano de estas lides. El PSOE puede ofrecerle eso para que apoye la moción y el PP puede ofrecérselo para que no la apoye. Sin menoscabo de que los ofertantes sean creativos a la hora de adobar la oferta, enriquecerla, darle más sabor y permutarla en irresistible.